CALLE COOPERATIVA

Los abusos del monopolio que la empresa de fabricación de gas ejercía hace años con el suministro de fluido, hizo que pensara el librarse de la opresión que abrumaba a los consumidores. De ahí que al estar para terminar el contrato que con el municipio tenía celebrado la empresa, se convoca una numerosa reunión de consumidores, la que tuvo lugar en el circulo mercantil en Noviembre de 1884, concurriendo representaciones de bancos, de la industria y de todos los gremios, acordándose por unanimidad la creación de una fabrica de gas, idea que germina el 21 del citado mes y el día 14 de diciembre habían ya suscritas 7000 luces y 8500 acciones, quedando constituida la sociedad cooperativa en 4 de Febrero de 1887.
Se demostró entonces la virtud que en momentos determinado tienen el pueblo de Cádiz, venciendo todo los obstáculos que para entorpecer y anular la beneficiosa obra, presentaba la poderosa empresa extranjera, a que llega a conservar no solo que el gobernador civil ordenara la paralización de los trabajos, como también la real orden de 4 de Mayo de el ministerio de la gobernación don Venancio González anulando la autorización para canalizar.

 Esta nueva imposición indignó los ánimos, celebrándose importante manifestación publica el 5 de Mayo, en la que tomó parte el Excmo. Sr. Obispo don Vicente Calvo y Valero, dimitiendo la alcaldía don Enrique del Toro que con certeza firmó antes de abandonar el puesto la orden para emprender los trabajos de canalización que prohibía el ministerio. Al día siguiente, 14.000 obreros, provisto de picos y palas, en breves horas dejaron canalizadas las principales calle de todos los barrios de la población. Un día de luto pudo originar la intransigencia del gobierno, que se evitó gracias al tacto y buena voluntad del Excmo. Sr. Don Camilo Paloviejo, capitán general de Andalucía, accidentalmente en esta ciudad, y al gobernador militar de esta plaza Excmo. Sr. Don Alejandro Rodríguez Arias, que haciendo presente al Sr. Sagasta el estado de la población, evitaron el conflicto, que hubiera surgido de impedir por la fuerza, el ejercicio de un legitimo derecho.
Esto costó la dimisión del ministro Sr. González, haciendo triunfar las aspiraciones de Cádiz, cuyo vecindario en la noche de 15 de Noviembre de 1886, aclamaba a la junta directiva de la sociedad naciente, y prorrumpía en atronadores aplausos, cuando los individuos de aquella encendían los faroles de la plaza de la Constitución, en los que brillaba el fluido de la nueva fabrica.
Subastado el alumbrado público, concurrieron las dos empresas y abiertos los pliegos resultó que la compañía lo hacía gratis durante tres años, espléndido donativo que le hizo a la ciudad. La fabrica de esta sociedad se estableció en terrenos próximos a Puntales y de ella tomó nombre la calle que ha espaldas de la fabrica de gas Lebón, pone en comunicación el barrio de San Severiano con la segunda Aguada. En 1896 amplió sus negocios con una fabrica de producción de electricidad, siendo mayor cada día el auge y prestigio de esta genuina sociedad gaditana, sin que olvidemos de consignar los nombres de los Sres. Don Enrique Mac Pherson, don Carlos Sergedahll, don Vicente Rubio y Díaz y don Juan A de Aramburu que hoy ocupa el cargo de gerente que tan activa parte tomaron en su constitución.

El Hospital de Mujeres ,»’Hospital de Nuestra Señora del Carmen»’

El »’Hospital de Nuestra Señora del Carmen»’ situado en la ciudad de [[Cádiz]] (España) es un edificio [[barroco]] de mediados del [[siglo XVIII]], y es obra de [[Pedro Luis Gutiérrez de San Martín]], maestro sevillano, ([[1705]]-[[1792]]).

Inaugurado el [[16 de octubre]] de [[1749]], el Hospital de Mujeres fue testigo y sirvió de ayuda en los acontecimientos difíciles que vivieron la nación y la ciudad, como las epidemias del [[siglo XIX]], el desastre del 98, la guerra de África, o la Guerra Civil. La falta de medios económicos obligó al Obispo [[Antonio Añoveros]] a la clausura del hospital en [[1963]], y es, desde entonces la sede del [[Obispado de Cádiz]] y Ceuta que dedica gran parte del edificio a la institución diocesana de Cáritas, desde donde se coordina, elaboran y fomentan proyectos y programas para los más necesitados a través del Fondo Diocesano de Solidaridad y otras fuentes de financiación, entre otras actividades.

== Origen e historia del Hospital de Nuestra Señora del Carmen ==
=== La atención hospitalaria de Cádiz en la primera mitad del siglo XVIII ===
Cádiz, tras el saco e incendio de la ciudad por la escuadra anglo holandesa del Conde de Essex en [[1596]], pudo recuperarse lentamente y proseguir con su vocación de futuro Emporio del Orbe como puerto de partida y vuelta de la Flota y Galeones de la Carrera de Indias, de expediciones y armadas con su carga doliente de enfermos y heridos. Aquí los medios para curarlos no eran abundantes, por más que [[Fray Gerónimo de la Concepción]] afirmara que »Cádiz tenía muchos hospitales, donde se curaban de todo género de enfermedades así hombres como mujeres».

En [[1598]] sólo existía en [[Cádiz]] un hospital llamado de la Misericordia, que se encontraba en la plaza pública. Atendía a todos los enfermos y heridos de la ciudad y de las naos que partían o arribaban al puerto de Cádiz, estando asistido por hermanos de San Juan de Dios. Contaba con 20 camas, de las cuales 10 eran para enfermedades de calenturas, 4 para convalecientes, 4 para heridos y 2 para mujeres, que resultaban del todo insuficientes para una población que se calcula para aquellos años en 10.000 personas. La situación se hizo insoportable pues siendo Cádiz puerto muy frecuentado y con gentes sin residencia en espera de su paso para las Indias, las mujeres enfermas y desvalidas morían con frecuencia en los portales de los edificios públicos.

Se cita el año [[1634]] como el inicio de las gestiones de lo que sería llamado Hospitalito de Mujeres. La beata Antonia de la Cruz andaría afanosa recogiendo y atendiendo a sus pobres enfermas en una casa dentro del Barrio del Pópulo alrededor de aquella fecha. Un ilustre miembro de la nación vizcaína, el capitán Diego de Aguirre, otorgó su testamento en Cádiz el [[28 de abril]] de [[1634]]. Se compró la capilla de los vizcaínos en la iglesia en construcción de San Agustín. Dos de los albaceas del testamento de Diego de Aguirre (Manuel de Iriberri y Antonio de la Yust) destinaron una serie de limosnas para remediar a las mujeres enfermas, comprando unas casas en la calle de la Carnicería del Rey, frente al corral de las comedias, donde establecieron un modesto hospital para la curación exclusiva de ellas.

=== El Hospitalito y la Madre Antonia de la Cruz con sus terciarias del Carmen ===
Cuenta Fray Gerónimo de la Concepción que los gaditanos secundaron con sus limosnas la iniciativa de los vascos y que, después de realizar las obras necesarias, en el año [[1657]], siendo obispo Don [[Fernando de Quesada]], se procedió a la bendición y dedicación de la Iglesia y Hospital con el título y advocación de Ntra. Sra. del Carmen, »colocando en ella una imagen devotísima de esta Señora con asistencia y concurso de toda la Ciudad».

En el Hospital de Mujeres, hoy Obispado, se conserva una pintura de gran tamaño con el tema de Nuestra Señora del Carmen, atribuida desde siempre a Meneses Osorio, con la particularidad de representar en la zona inferior una escena narrativa: aparece la sala de las enfermas en sus camas y atendidas por dos beatas con hábito marrón y toca blanca. A la izquierda, en la puerta, se ven dos caballeros con capa y sombrero de ala ancha y, a la derecha, al fondo de otra puerta que sirve de punto de fuga al espectador, la figura de un clérigo con manteo y teja, sin duda el administrador y capellán del Hospitalito.

La Madre Antonia se preocupó también de proporcionar a sus enfermas una asistencia religiosa permanente y propia, fundando una capellanía para el administrador eclesiástico. La meritoria fundadora del Hospitalito, aunque apartada de sus obligaciones, siguió junto a sus enfermas y hermanas carmelitas hasta su fallecimiento. Las compañeras de la Madre Antonia continuaron con su obra caritativa agrupadas en un beaterio. Los prelados gaditanos consideraron esta casa como objeto de su atención y cuidado pastoral y nombraban a un eclesiástico como administrador y capellán, depositando en él la dirección inmediata tanto material como espiritual del mismo y de las beatas consagradas al cuidado de las enfermas.

=== La laboriosa gestación del Hospital Nuevo de Mujeres ===
Pasaron los años y el Hospitalito de la calle Columela, esquina a la de Feduchy se hizo insuficiente para la cantidad de pobres enfermas que tenía que atender en el Cádiz de la segunda década del siglo XVIII, donde la población gaditana alcanzó la cifra de 70.000 habitantes.

Aunque obispo gaditano desde [[1715]] entró en la ciudad a gobernarla en [[1717]] el Excmo. Sr. D. [[Lorenzo Armengual y de la Mota]], que había sido Gobernador del Consejo de Hacienda y Consejero de Estado. Con su caudal creó un mayorazgo anejo al título de Marqués de Campo Alegre y le agregó diferentes obras pías dentro y fuera de la diócesis y costeó la construcción de la Parroquia Auxiliar de San Lorenzo dotándola suficientemente. Antes de morir buscó un solar para la construcción del Hospital Nuevo de Mujeres. Hubo dificultades pero, al fin, encontró otro sitio cerca de la nueva ayuda de parroquia, tratando luego de comprarlo y prevenir los materiales para la construcción. Su fallecimiento se lo impidió y dejó el encargo a su hermana, Dª Jacinta, Marquesa de Campo Alegre, que dio poder al canónigo Cayetano de Vara el [[14 de abril]] de [[1733]] para invertir 12.000 pesos en la compra de terreno y principiar la edificación. Se adquirió un sitio de 1.830 varas cuadradas frente a la calle de la Cuna, propiedad de las Monjas de Santa María, ante el escribano Francisco Pérez Angulo, por escritura del [[30 de diciembre]] de [[1733]].

El canónigo Vera dirigió el 18 de julio de [[1736]] un memorial al Ayuntamiento solicitando permiso para dar principio a la fábrica, que comenzó el 10 de septiembre siguiente. No pudo hacerse la inauguración hasta trece años después. El Cabildo de la ciudad puso la piedra, que se sacó de [[Castillo de San Sebastián (Cádiz) |San Sebastián]] y de [[Castillo de Santa Catalina (Cádiz) |Santa Catalina]], y 16.000 ducados del reoctavo del vino, por lo que sus armas adornarían las enjutas de los arcos del »’patio principal»’ del nuevo edificio. Pero no fue suficiente lo anterior, ni las aportaciones del pueblo y las reiteradas limosnas del obispo [[Fray Tomás del Valle]]. Se recurrió a Madrid y se concedió un censo de 90.000 reales por Su Majestad. El canónigo [[Alejandro de Pavía y Pedecina|Alejandro de Pavía]], director y administrador de las obras desde la primera piedra, marchó a Madrid en [[1748]], aunque se desconoce el resultado de esta entrevista.

El sobrino del Obispo Armengual, D. Bruno Verdugo, Marqués de Campo Alegre, y el canónigo Pavía suplieron de sus peculios particulares lo necesario para la inauguración del nuevo Hospital. El gasto total de la obra, incluidos los útiles, las camas, colchones, sacristía, hábitos y tocas de las madres y hermanas, etc., ascendió a la cantidad de 1.034.977 reales y 4 maravedíes de vellón.

El Hospital de Ntra. Sra. del Carmen es uno de los más bellos edificios barrocos de mediados del siglo XVIII, obra del maestro mayor [[Pedro Luis Gutiérrez de San Martín]], más conocido como Maestro Afanador. Su amplia y ricamente adornada fachada y su patio de columnas toscanas con larga galería superior cerrada, sus cuatro amplias salas para las enfermas, la enfermería, las oficinas y dependencias para el administrador, las madres y hermanas, las empleadas y mozos, su iglesia, profusa y delicadamente revestida y adornada al gusto y al estilo rocalla de la época, su escalera imperial y otros detalles impresionaron el 16 de octubre de [[1749]], día de su inauguración.

Para colocar el Santísimo Sacramento en su iglesia se celebró en aquella fecha una procesión general que salió de la [[Iglesia de Santa Cruz (Cádiz) |Catedral Vieja de Santa Cruz]], con el Cabildo eclesiástico. Presidía el obispo, Fray Tomás del Valle y le seguían personas relevantes, las naciones extranjeras, el Comercio, los Tribunales y, por último, la »Religiosa, Política, Cristiana, Nobilísima, Generosísima y Devota Ciudad de Cádiz», representada por su cabildo civil.

=== Período de esplendor ===
Instaladas las enfermas en una casa nueva y espléndida, dio comienzo la mejor etapa de la historia del Hospital de Mujeres. El antiguo Hospitalito de la calle Columela fue reformado y alquilado como viviendas particulares para engrosar el capital necesario para el sostenimiento y demás gastos de la obra pía. Afectados por los incendios de la Guerra Civil de [[1936]] fueron derribados sus muros y arcos para levantar una tienda de tejidos.

En [[1773]] se construyó en el Hospital nuevo la sala de convalecencia y, dos años más tarde, la sala de San José.

=== Decadencia del siglo XIX ===
Cuando Antonio Ponz visitó el Hospital de Mujeres del Carmen en [[1791]], escribió que casi podía decirse que superaba a los demás en la asistencia y aseo, tanto que pocas casas de particulares habría que le excedieran en este aspecto y poquísimas que le llegasen. Muy ajeno estaba el viajero a los cambios y deficiencias que pronto habría de experimentar la institución hospitalaria.
[[File:A Domingo de Silos Moreno, obispo de Cádiz.JPG|thumb|Domingo de Silos Moreno.]]
La Guerra de la Independencia, el [[Trienio Liberal]] y la [[Desamortización de Mendizábal]] con la etapa de gobierno progresista fueron otras tantas etapas de prueba para el Hospital del Carmen y sus esclavas enfermeras. El famoso obispo, [[Fray Domingo de Silos Moreno]] supo defender, ante el proyecto de la Junta de Beneficencia para unir los Hospitales de San Juan de Dios y del Carmen, su gobierno con respecto al culto en su Iglesia como al nombramiento del director.

La Iglesia Gaditana encontró una solución para mantener abierto el Hospital del Carmen, cuando la Ley de Beneficencia con sus recomendaciones y exigencias, y la angustia económica obligó al obispo D. [[Juan José Arbolí y Acaso]] en [[1860]] a la sustitución de las últimas religiosas esclavas del Carmen por una comunidad de Hermanas Terciarias Carmelitas de la Caridad. Procedían últimamente del Hospital Militar establecido en San Roque con motivo de la Guerra contra Marruecos.

El Hospital de Mujeres fue testigo y sirvió de ayuda en los acontecimientos difíciles que vivieron la nación y la ciudad, como son las epidemias de la segunda mitad del [[siglo XIX]], sobre todo la de cólera de [[1885]], el Desastre del 98 con el retorno de los soldados enfermos y heridos de Cuba, Puerto Rico y Filipina, la Guerra de África y la Guerra Civil, que convirtió el centro en hospital de sangre de retaguardia.

El edificio sufrió en [[1909]] el hundimiento del salón principal junto a la fachada, que causó la caída parcial de las bóvedas de la iglesia. Este contratiempo sirvió para restaurarlas espléndidamente por el obispo [[Manuel Rancés y Villanueva]]([[1842]]-[[1919]]). La demanda de servicio hospitalario motivó la ampliación interior del centro con nuevas dependencias de enfermería y demás oficinas en torno a un patio más, ajustándose al estilo del histórico y artístico Hospital de Mujeres.

La falta de medios económicos obligó al obispo [[Antonio Añoveros Ataún]] a la clausura del Hospital de Mujeres en [[1963]], al traslado de las carmelitas de la Caridad al Hospital de San José de la cercana población de San Fernando y al destino de las rentas para la dotación de dos camas en el Hospital de San Juan de Dios, adaptándose el edificio a los fines y usos de Casa de la Iglesia, en los que perdura hoy.

En [[2007]] se procede a la restauración de la Iglesia del Hospital, estando todavía en obras.

== Arquitectura del Hospital de Mujeres ==
=== Fachada exterior ===
El edificio se dispone en torno a dos patios comunicados entre los cuales se levanta la escalera imperial que lo ha hecho famoso. Detrás existe todavía un amplio espacio llamado antiguamente corral-circo, convertido posteriormente en jardín y patio de recreo de un colegio. La fachada por este lado no ofrece mayor interés, al contrario de la principal de la calle Hospital de Mujeres nº 26 duplicado, que se ajusta al esquema compositivo típico de la arquitectura civil de la ciudad (bajo, entresuelo, principal y cuarta planta para la servidumbre).

La fachada destaca por su riqueza decorativa. La libertad del Barroco popular abre tres ingresos en la planta baja que ni se ajustan al eje de simetría ni son iguales, sin o diferentes en sus portadas para destacar su importancia y función. De izquierda a derecha:
# Iglesia
# Puerta del Hospital
# Puerta menor condenada.
En el entresuelo se abren ventanas cruciformes, nada comunes y singulares por su simbología. El cuerpo principal presenta vanos amplios flanqueados por otros dos a manera de ventanas, coronados de frontones rotos con óvalos en sus centros y sustentados por atlantes. Un largo balcón recorre y defiende el frente de los vanos centrales. el último cuerpo se articula mediante pilastras jónicas, entre las que se abren vanos rectangulares como balcones con barandillas independientes.

=== Zaguán ===
Todas las puertas de la fachada exterior, como las del interior del edificio, son de maneras nobles con clavos y bocallaves de bronce. El ingreso al Hospital se hace por un zaguán-capilla, enlosado de mármol blanco, con las paredes de jaspe crema sobre zócalo gris y pilastras de orden jónico de jaspe verde y cubierto de artesonado de madera del mismo color, con molduras mixtilíneas y cabezas de querubines. A la izquierda de la puerta interior, con cancel y mirilla de hierro de forja, se encuentra un pequeño retablo, también de mármol blanco de dos cuerpos de pilastras jónicas de jaspe verde con frontón partido con una cruz en el centro. Todo parece corresponder a época contemporánea.

En el primer cuerpo se halla la pintura al óleo, en marco de rocalla dorada, de Nuestra Señora del Carmen, objeto de una gran veneración de los gaditanos. En una cartela aparece la inscripción de las indulgencias concedidas por el obispo [[Fray Juan Bautista Servera]]. En el ático del retablo se encuentra un lienzo al óleo del Nazareno, que relacionan con la bajada de la escultura de Santa María que tomó vida acudiendo a consolar y curar a los apestados del Campo Santo y Hospital Real en [[1681]].

Atravesando el gran portón, se pasa a la portería. A la izquierda encuentra el visitante de nuevo otra pintura grande sobre lienzo del Nazareno con el Cirineo, procedente de una de las escaleras de la [[Real Capilla de Nuestra Señora del Pópulo (Cádiz)|capilla del Pópulo]], al parecer del [[siglo XVII]].

=== Patio principal ===
El patio principal nos inunda con su blancura de cal y el verdor de sus palmeras y geranios. Es una combinación de lo genovés, lo holandés y lo andaluz, lográndose un conjunto característico gaditano con el pavimento de mármoles de losas blancas y grises de Génova, azulejos de Delft encintados entre ladrillos y tabicas de jaspe, y la mezcla de hierros forjados y enlucidos de cal.

El patio principal tiene una crujía de tres arcos de medio punto por cada lado, apoyados sobre columnas de mármol de orden toscano sobre pedestal. En el entablamento de los arcos corre un friso de triglifos y metopas lisas. Sobre la cornisa, sencillamente adornada, se abren ventanas entre pilastras de orden jónico rematadas en frontones partidos, en cuyo centro aparece un óculo circular. La cornisa del entablamento de esta segunda planta apea sobre dentellones y va contorneando el saliente de las pilastras, que se prolongan formando pedestales, entre los que corre la baranda de la azotea que, con sus hierros forjados en graciosas formas espirales, resulta extremadamente airosa.

Las arquerías muestran diversos motivos decorativos que se distinguen perfectamente por su color verde sobre el blanco. La heráldica municipal de Cádiz de Hércules luchando con el león de Nemea y la columna del Non Plus Ultra, reconocimiento de la ayuda prestada a la construcción del Nuevo Hospital de Mujeres, se repite en las crujías norte y sur, mostrando ésta, además, la cabeza del mítico fundador en la clave del arco de su izquierda. En las claves de los arcos centrales aparecen talladas cabezas femeninas coronadas de laurel mientras que las demás muestran mascarones barbudos, muy expresivos o ridículos. En cambio, las enjutas de las crujías este y oeste ofrecen cabezas infantiles con abundante rocalla. Gran parte de esta obra decorativa pertenece al escultor en piedra [[Cayetano de Acosta]], que estuvo trabajando en la [[Catedral de Cádiz|Catedral Nueva]] con obras identificables desde [[1744]] al [[1750]] y hay constancia de habérsele abonado pagos en las cuentas de la fábrica del Hospital.

El patio se convertía en la prolongación de la Iglesia, sobre todo las fiestas principales del Hospital y para aliviar el calor del verano se colgaba una vela o toldo. En la crujía de levante se abrían las puertas de la capilla del patio y bajo una bóveda pintada al fresco con una gloria de ángeles y un centro esculpido con un sol y la paloma del Espíritu Santo aparecía una escultura sedente de candelero de la Virgen del Carmen.

En la crujía norte se abrían las magníficas puertas doradas con motivos chinescos de flores y pájaros y rocalla para manifestar a la Titular en su templete o baldaquín a los fieles de dentro y de la calle durante la novena del Carmen.

==== Vía Crucis ====
[[Archivo:ViaCrucisy Placa.jpg|thumb|Decimocuarta estación del [[Via Crucis]] y placa.]]
Está colocado en torno al patio principal, y se ha conservado completo y en perfecto estado. Compuesto por piezas de 2×2 [[dm]], cada escena tiene aproximadamente un metro de alto por 6 [[dm]] de ancho, sin incluir el pequeño medallón interior sostenido por angelitos que indican el número de la estación, ni la cruz que lo corona. Están hechos en terracota vidriada, técnica relativamente frecuente en los talleres sevillanos de mediados de la centuria. La composición de todas las escenas es más complicada de lo usual en este tipo de obras pero están bien resueltas. Las escenas, protagonizadas por personajes elegantemente estabilizados, se desenvuelven en espacios abiertos o entre curiosas arquitecturas que, con un carácter ecléctico, recuerdan a veces las representadas en los azulejos de Montería y otras evocan edificaciones sevillanas de la época.

En principio se pensó que pudiera tratarse de una obra perteneciente a talleres no sevillanos, pues en Cádiz los azulejos tienen un doble origen: holandeses y sevillanos. Los holandeses pintan sus obras en azul y blanco, a diferencia de los sevillanos, en que la gama cromática es más amplia e idéntica a los del Via Crucis del Hospitalito. Una placa de mármol con una leyenda grabada dice así:
: ’’SE PIDE UN PADRE NUESTRO / Y UN AVE MARIA APLICADA / POR EL ALMA QUE COSTEO / ESTE VIACRUCIS QUE SE COLOCO EL AÑO DE 1749».
Estos marcos no están situados correlativamente para que así cada estación guarde con la siguiente la misma distancia y medida que existe en Tierra Santa.

En el claustro alto del mismo patio principal se encuentra otro Vía Crucis, de tamaño menor, calidad de dibujo más endeble, aunque de similar técnica y estilo. Bajo la última estación se encuentra una placa de mármol similar a la anterior.

En el segundo patio bajo se encuentra solitario un azulejo más de la mismas características que el Vía Crucis grande, donde se representa la Dolorosa.

=== Iglesia ===
La iglesia se encuentra en la crujía entre patio y fachada principal. Es de planta de salón, dividida en tres naves por columnas toscanas sobre pedestales. Los muros laterales se articulan por pilastras dóricas de fuste estriado. Las bóvedas son de aristas y rebajadas y se cubren con una decoración de rocalla de yeso, posiblemente de [[Gonzalo de Pomar]] y de [[Cayetano de Acosta]]. En el tramo principal, que podría considerarse crucero, aparece una pintura con la Virgen del Carmen en medio de una gloria de ángeles y el escudo carmelitano a sus pies. Las cuatro pechinas nos recuerdan a personajes, insignes benefactores del Hospital: los obispos [[Lorenzo Armengual y de la Mota]] y [[José María Rancés y Villanueva]] y los presbíteros Bruno Verdugo Armengual y de la Mota y Alejandro de Pavía y Pedecina. Es obra del pintor gaditano [[Felipe Abarzuza]].

==== Altar mayor ====
Es de estilo neoclásico, del siglo XIX, de orden jónico con frontón curvo, como los de [[Torcuato Benjumeda]] en la Parroquia del Rosario, pero de madera pintada imitando mármoles jaspeados. El altar mayor primitivo consistía en un templete, al parecer de orden toscano, que cobijaba la escultura de la Titular y que estaba flanqueado por cuatro esculturas menores, dos a cada lado, de San Bruno, San Jacinto de Polonia, Santo Tomás de Aquino y Santa Teresa de Ávila, iconografía relacionada con el citado benefactor, Bruno Verdugo, la madre de éste y hermana del obispo, Jacinta Armengual, el obispo Tomás del Valle. Este altar mayor primitivo podría ser obra de [[Gonzalo de Pomar]].

Delante del altar mayor y presbiterio se halla una lápida con el escudo de armas del marquesado y la siguiente
Inscripción:
: ’’ESTA CAPILLA ALTAR Y BÓBEDA ES DE D.BRUNO BERDUGO Y ARMENGUAL DE LA MOTA, MARQUES DE CAMPO ALEGRE; CAVALLERO, DEL ORDEN DE SANTIAGO, DEL CONSEJO DE S.M. EN EL R. DE HACIENDA; VEINTE Y CUATRO PERPETUO DE LA CIUDAD DE SEVILLA, Y SU LEXITIMA MUGER Dª ALFONSA OBRIEN Y OCCONOR, MARQUESA DE CAMPO ALEGRE, MURIO EN MADRID A 6 DE OCTUBRE DE 1746. LA SRA. Dª ALFONSA OBRIEN Y OCCONOR Y FUE ACOMPAÑADO SU CADAVER POR EL MARQUES DE CAMPO ALEGRE, SU MARIDO, DESDE DICHA VILLA A ESTA CIUDAD Y SE COLOCO EN ESTE SITIO A 29 DE MAIO DE 1748»

Una mesa de altar barroca con decoración de rocalla y escudo del Carmen sirve para la celebración de la misa cara al pueblo.

El sagrario de madera dorada de estilo barroco y de orden toscano, tiene una puerta con un relieve policromado que representa la Oración del huerto, que pudo pertenecer a la Capilla del Nacimiento y es obra del Maestro escultor que talló las imágenes de los altares colaterales.

La imagen de Nuestra Señora del Carmen que preside el altar mayor desde su hornacina es de candelero y del siglo XVIII. Quizás pudiese tratarse de la »Imagen devotísima» que se colocó en [[1657]] en la inauguración del Hospitalito. Viste ropas bordadas del [[siglo XIX]] y posee una rica corona dieciochesca.

La iglesia tiene cinco capillas colaterales, tres en la nave del evangelio y dos en la de la epístola. Las colaterales primeras y la de la Inmaculada se inauguraron en [[1749]] y las dos de los pies se hicieron después de [[1763]]

==== Capilla del Nacimiento ====
Grupo escultórico de figuras estofadas y policromadas desde el tamaño natural disminuyendo hacia un fondo donde se combina lo rústico del establo, con una arquitectura noble. La Virgen y S. José, el Niño en su cuna con dos ángeles rendidos y la mula y el buey detrás, tres pastores de tamaño algo menor sirviendo de embocadura del escenario y de primer fondo, por encima un rompimiento de gloria con rayos y querubes con ángeles que sostienen la filacteria con el »Gloria in Excelsis Deo et in terra pax» y cuatro figuras en relieve. Se considera una obra genovesa elaborada hacia [[1750]]. Dos esculturas de San Eugenio de Toledo y San Lorenzo, mártir, flanquean este grupo, de cronología similar.

La capilla perteneció a la familia de Lorenzo Careu, natural de Waterford (Irlanda), que ayudó notablemente a los gastos de construcción del Nuevo Hospitl, concediéndole el obispo Fray Tomás del Valle el patronato de la capilla, como reza la orla de la lápida de la bóveda:
: ’’ESTA CAPILLA Y BOBEDA ES DE DON LORENZO CAREU Y DE Dª EVGENIA Mª MELERO SV ESPOSA Y DE SUS HEREDEROS. SE FABRICO A SU COSTA EL AÑO 1749»

==== Capilla de la Inmaculada ====
Lo preside una talla dieciochesca de la Inmaculada Concepción, relacionable con la producción de [[Pedro Duque Cornejo]]. Tiene un grupo de tres ángeles que se agarran a la media luna. El camarín está inserto en un retablo dorado bajo un arco sostenido por un juego de columnas de orden compuesto, con fuste acanalado y tambor, tres a cada lado, de mayor tamaño y adelantadas las centrales. Dos ángeles se asientan sobre los extremos del frontón partido, que deja el espacio a un óvalo con rayos, coronándose el conjunto con un remate con dos querubes. Esta capilla fue patrocinada por Lorenzo Ley, natural de Kikenny (Irlanda), como lo indica la inscripción de la orla de la bóveda de enterramiento.
: ’’ESTA CAPILLA Y BOBEDA ES DE DON LORENZO LEY DE DE Dª CATHALINA GERMANA WARNES Y DE SUS HEREDEROS. SE FABRICO A SU COSTA EL AÑO 1749»

==== Capilla de San Cayetano ====
De composición idéntica a la de San Francisco de Asís, salvo por el cuadro de su titular. Se componen de mesa de altar de talón dorada con tarjetas también doradas sobre caja sepulcral pintada, imitando jaspe verde. Los retablos están insertos en sendos guardapolvos, disponen de un solo cuerpo para el cuadro flanqueado por dos columnas de orden corintio con tambor y resto del fuste liso, y sostienen un breve frontón partido con espirales. Unas molduras mixtilíneas con ménsulas y adornos rematan el conjunto. Las pinturas se asientan sobre predelas y repisas de estilo rococó en su fase más exuberante, muestra que se halla presente hasta en los fustes de las columnas. Al parecer se deben a [[Gonzalo de Pomar]].

La pintura de San Cayetano es en lienzo y nos representa a la Virgen en el ángulo superior izquierdo sentada después de haber entregado el Niño al santo, el cual lo acoge extasiado, mientras aquel vuelve el rostro hacia el espectador a la vez que acaricia su mejilla. Dos parejas de querubes, un ángel niño portando una corona de flores y los atributos de una corona y un cetro dorados dan más variedad y colorido al fondo oscuro del cuadro. Es una obra sevillana contemporánea a otras del Hospital.

==== Capilla de San Francisco de Asís ====
De composición idéntica a la anterior, salvo por el cuadro que lo presida. La pintura de la »Visión de San Francisco con el compañero de espalda» es la joya de esta institución y firmada por [El Greco]. Fue propiedad personal del Obispo [[Lorenzo Armengual y de la Mota|Lorenzo Armengual]] quien la trajo de Madrid a su palacio de [[Chiclana de la Frontera]], y que heredó su sobrino Bruno, donándola al Hospital con otros objetos y vasos sagrados, llegando a Cádiz en[[1747]]. El Greco consiguió el mejor San Francisco de su vida. Los críticos coinciden en señalar la variada gama de grises que predominan en el cuadro, sin embargo existen pinceladas propias en rostro, manos, los sayales, el cordón y la yedra que ambienta la escena de la selva o bosque.

==== Capilla de Nuestra Señora de las Angustias o Soledad ====
Se encuentra en el lado de la epístola. Nuestra Sra. está representada en una pintura al óleo sentada al pie de la cruz con la ciudad de Jerusalén al fondo. Las esculturas estofadas y policromadas de Santo Domingo de Guzmán y de Santa Catalina de Alejandría, de tamaño menor, ocupan los flancos del cuadro, y son los santos titulares de los padres de [[Alejandro de Pavía y Pedecina]], que se encuentran sepultados en la bóveda bajo una lápida con sus armas y la orla siguiente:
: ’’ESTA CAPILLA Y BOBEDA ES DE D, JUAN DOMINGO PAVIA Y DOÑA CATHALINA PEDEZINA Y SUS EREDEROS, AÑO DE 1749»

=== Escalera Imperial ===
La escalera del Hospital de Mujeres es todo un símbolo, única en España. Como núcleo del edificio, centro de reunión y repartidora de circulación hacia las diferentes plantas, está impregnada de ambiente religioso. A la entrada de la escalera, un emblema del Carmelo y una imagen de la Virgen como »Mater Misericordiae» nos reciben como si se tratara de una fachada interior.

Consta de seis tramos dobles con dos mesetas o rellanos centrales, y la superficie rectangular sobre la que se levanta tiene que dar acceso a un entresuelo y a la planta noble con dos puertas fronteras en el primero, y seis en el segundo. Posee las características barrocas de las escaleras andaluzas, su gran dinamismo y concepto espacial nos invita a subir por ella, y es tan ingeniosa la distribución de los tramos que el espectador, al querer descubrir la disposición y desarrollo , sube arriba sin darse cuenta ni sentir cansancio, asombrado y divertido al ver como ha sido resuelto el problema.

Los tramos van decorados con yeserías geométricas, características del segundo tercio del [[siglo XVIII]] en Cádiz. Sus molduras rematan sobre el muro en el típico pinjante en forma de placa recortada. La caja rectangular remata en cúpula de yeso ovalada, constructivamente encamonada como la de [[Oratorio de San Felipe Neri (Cádiz)|San Felipe Neri]], en la que también intervino el Maestro Afanador, y adorna sus muros con puertas, ventanas y óculos de gran independencia en formas y emplazamiento. En el espacio coronado por la cúpula, la luz se filtra por ocho óculos circulares, por celosías y un estrecho tambor formado de arquillos que le dan un aspecto de capilla con algo de aire morisco al mismo tiempo. Los muros ostentan óculos ciegos y cuadros con los retratos de los obispos Lorenzo Armengual y Tomás del Valle y de Sebastián Pinto de Rivera, alguacil mayor del Sto. Oficio, y de su esposa Josefa Valderrama, todos con sus inscripciones al pie refiriendo los beneficios aportados al Hospital. Sobre el remate de las puertas los nombres de las salas: La Misericordia, por donde se recibían las enfermas, la del Sacramento, la de Nuestra Señora del Carmen, la de San Cayetano, etc.

Palacio de la Aduana

Palacio de la Aduana (Cádiz)

Dentro del ambicioso plan de reforma de las murallas que cubrían el flanco del puerto, desde el Baluarte de San Felipe hasta la Puerta del Mar, se proyecta a mediados del siglo XVIII la construcción de tres grandes edificios públicos idénticos y próximos entre sí: la Aduana, la Casa de la Contratación, y el Consulado.
La iniciativa surge en un momento histórico de máximo esplendor económico de la ciudad, cuando reside en ella el monopolio del comercio con las colonias americanas a consecuencia del traslado en el año 1717 de la citada Casa de Contratación desde Sevilla, y cuando la ciudad, con un sistema defensivo de murallas y baluartes ya consolidado, experimenta un crecimiento demográfico y un bienestar social antes nunca alcanzado, dando lugar a lo que se dio a conocer como su Siglo de Oro.
Este edificio, como tantos otros de la época, en la que se continuaban los trabajos de fortificación de la ciudad, fue diseñado y dirigido por un ingeniero militar, en esta ocasión por Juan Caballero, hacia 1764, iniciándose las obras en 1765 y acabándose en el año 1770.
El edificio se localizaba en el espacio interior del, ya desaparecido, baluarte de San Antonio o de la Aduana. Este baluarte protegía la entrada marítima a la ciudad y el acceso conocido como Puerta de Sevilla. Así, pues, su ubicación en esta zona respondía a la idea funcional de aproximarlo al lugar donde iba a desarrollar su actividad, es decir, el control fiscal de las mercancías que entraban y salían del puerto, origen de buena parte de los ingresos del estado. Pero, además, su ubicación no dejaba de ser una consecuencia de un factor de gran importancia en Cádiz, como era la escasez de suelo edificable, a partir de la colmatación del espacio urbano, de las servidumbres militares y, por tanto, obedecía a la necesidad de abrir, ocupar y aprovechar las escasas zonas libres.
Con motivo de la visita que la reina Isabel II y su corte realizaron por varias provincias andaluzas en 1862, el edificio sufrió una importante reforma al destinarse a residencia real las más amplias y luminosas dependencias de su planta principal. El encargado de llevar a cabo dichas reformas fue el arquitecto Juan de la Vega. Así, las estancias reales ocupaban casi toda la planta alta: subidas las escaleras de su cara norte, un pequeño gabinete para el cuerpo de guardia daba lugar a la antecámara real, a la que seguían la cámara real, el despacho de la reina, el tocados, el cuarto de baño y el dormitorio de los reyes, además de algunas otras estancias de carácter doméstico y social.
De aquella ocasión sólo nos ha legado en sus estado original el suntuoso Salón Regio, que dentro del más puro estilo imperio francés mezcla una gran profusión de elementos decorativos clásicos, renacentistas y manieristas, en una obra única en la ciudad, de corte real y exuberante.
Durante el siglo XX, el derribo de las murallas y la ocupación de los terrenos que conformarían la actual Plaza de España, prolongación de la antigua plazuela del Carbón –como su propio nombre indica, fue el lugar de depósito portuario de dicho combustible o mineral-, dieron al inmueble una nueva presencia en su relación con la ciudad al convertirse en parte del frente de la citada plaza y en la referencia monumental que separaba el genuino barrio de San Carlos del varias veces alterado Paseo de Canalejas.
El edificio actual
El resultado de todo el proceso histórico de la Aduana fue la construcción de un edificio severo de tres plantas al exterior, de marcada horizontalidad y cubierta de azotea, con planta rectangular, organizada en torno a un eje mayor con dos patios transversales más dos cajas de escaleras que se abren tras los dos frentes de entrada, ambos iguales, magnificados con sendas triples arcadas de acceso, los únicos arcos exteriores del conjunto. Al exterior presenta cuatro fachadas paralelas, dos a dos, en su composición. Así las de los lados menores son las principales mientras que las de los lados mayores son las secundarias.
Fachadas principales:
Presenta tres pisos articulados por pilastras que conforman siete calles. El piso bajo, siguiendo el mismo esquema de articulación ya descrito, se estructura con pilastras almohadilladas. En las calles centrales se encuentran tres arcos de medio punto que, a modo de portada, se adelantan levemente a la línea de fachada. El resto de las calles presentan amplios vanos de iluminación.
El edificio se remata en un friso y cornisa volada y antepecho, coronándose la calle central con un elevado frontón curvo con la siguiente inscripción conmemorativa:


REINANDO EL S.D./ FERNANDO VII SE/ REFORMO AÑO DE 1832.


La otra fachada principal, en el lado sur, presenta semejante diseño con la salvedad de la inscripción, lógicamente anterior en el tiempo, que reza:


REINANDO EL S.D./ CARLOS III SE EDIFICIO/ AÑO DE 1773.


Fachadas secundarias:


Son las correspondientes a los lados este y oeste, ambas semejantes entre sí. Articuladas a través de los vanos, sólo presentan pilastras en los extremos. Los tres pisos tienen el mismo tipo de decoración que las fachadas principales. Es de destacar la presencia en el lado oeste de un proporcionalmente pequeño balcón en el primer piso, apoyado en cuatro pares de ménsulas, fruto de la reforma que, en 1862, se acometió a fin de que la reina Isabel II pudiera exponerse públicamente y asistir con comodidad a los continuos desfiles y actos que, en la calle de la Aduana, se celebraban en su honor.


Portadas:


Existen dos portadas de igual composición en los lados norte y sur, correspondientes a las tres calles centrales que se adelantan levemente a la línea de fachada. Se componen de tres arcos de medio punto, los únicos del conjunto exterior, que permiten el acceso al vestíbulo del edificio y a la dos cajas de escaleras, éstas distintas entre sí, que conducen a los pisos superiores.

La Cárcel Real

El edificio de la Cárcel Real es uno de los edificios emblemáticos que se levantan en Cádiz durante la época de la Ilustración.

En 1792 la ciudad de Cádiz, en atención a la mala distribución, situación y construcción de la antigua cárcel, determinó la construcción de una nueva , en un paraje más ventilado y de una capacidad proporcionada a la población. Lo diseña en el año 1794 Torcuato Benjumeda, el más representativo de todos los arquitectos que trabajan en la ciudad, en un momento en que comienza el declive económico y en el que el Neoclásico está de moda, en contraposición con el hasta entonces vigente Barroco, que ahora se considera decadente e incluso de mal gusto. El coste total de las obras fue de 3,5 millones de reales.

Surge así este edificio, de planta rectangular, de 66,87 por 33,45 metros y perfectamente simétrico, que se organiza según un patio central cuadrado y de otros dos rectangulares menores a los lados, alrededor de los cuales se distribuyen las celdas y otras dependencias en dos plantas de altura.
En alzado presenta dos plantas, con un cuerpo central avanzado. Pilastras toscanas, de orden gigante (peraltadas sobre un basamento) enmarcan los vanos. Las ventanas de la planta baja, de mayor luz, tienen un sencillo guardapolvo de traza horizontal, que desciende cóncavo en sus extremos. Sobre las pilastras corre un entablamento, en cuyo friso hay triglifos y bajo ellos tres gotas.
El cuerpo central de la fachada presenta cuatro columnas toscanas adosadas, más dos pilares en los extremos, del mismo orden. En los lados menores del cuerpo central, sobre los vanos de la planta baja (y enmarcados por pilastras), se distribuyen unos semicírculos ciegos, sobre los que hay inscrito un óculo.
Encima de la portada principal tenía una inscripción que decía: «Odia el delito, compadece al delincuente», frase debida a Concepción Arenal. Romero de Torres en su Catálogo Monumental de España – Provincia de Cádiz, lo consideraba como «el edificio civil de mejor gusto arquitectónico de Cádiz» y «si no fuera por la leyenda antes citada se podría pensar que habría sido construido para un museo o centro literario».
Los planos están fechados en 1794, año en que comienzan las obras. Sin embargo, tienen que ser posteriores, ya que Benjumeda firma con el título de Académico de mérito, título que no se le concedió hasta 1807. También se cita a la ciudad como Muy Heroica, título que fue concedido a la ciudad de Cádiz en 1816.
El edificio se comienza a utilizar en el año 1836, cuando se termina gran parte del mismo por el también arquitecto Juan Daura, quedando entonces por terminar el último tramo, el más cercano al mar, que no se acabó hasta el año 1.990, en la rehabilitación realizada para el Ministerio de Justicia por J. Montes Deza, para habilitarlo como sede de los Juzgados, que lo salvó de un estado casi de ruina. Siguiendo los planos originales se completó la última crujía del edificio y se instala a modo de remate en el cuerpo avanzado de la fachada principal, un ático rectángular y un gran escudo con dos pináculos a los lados.






La Puerta de Tierra

La Puerta de Tierra es un monumento arquitectónico que supone un reducto de la que fuera muralla de entrada a la ciudad de Cádiz. Levantada por el arquitecto academicista Torcuato Cayón en el siglo XVIII, la portada está labrada en mármol y está concebida más como retablo religioso que como fortificación militar.

Es uno de los monumentos más significativos de la ciudad que separa, en la actualidad, el Casco Antiguo (conocido popularmente como «Cádiz» o «Cádiz Cádiz») y la zona moderna (conocida popularmente como «Puerta Tierra» o «Extramuros») de la ciudad.

En el siglo XVI se construyó la primera muralla en esta zona, en 1574 se realizó una ampliación para protegerlo con dos baluartes. En el siglo XVIII adquirió su fisonomía definitiva. En el centro de la construcción se abre una portada de mármol diseñada por José Barnola, en 1756, concebida más como retablo religioso que como fortificación militar, fue ejecutada bajo la dirección de Torcuato Cayón. Para la fachada que conduce al interior de la ciudad se construyó un pórtico de mármol a modo de arco de triunfo.


El Torreón de Puerta de Tierra fue construido a finales de 1850 para que sirviera como la torre nº 57 de la «Línea de telegrafía óptica de Andalucía» (de José María Mathé), que podía enviar mensajes desde el Ministerio de la Gobernación (en Madrid) hasta Cádiz en casi dos horas, si las condiciones atmosféricas lo permitían. Hay muchas imágenes y algunos textos escritos que demuestran que esta torre óptica empezó a funcionar a partir de 1851 hasta finales de 1857, en que fue sustituida por los postes de telegrafía eléctrica.Los partes telegráficos estaban destinados al gobernador de la provincia de Cádiz, pero a veces se publicaban en los periódicos locales como El Nacional o el Diario Oficial de la Provincia. El Torreón de Puerta de Tierra, aunque actualmente se haya olvidado, era conocido a finales del siglo XIX como la «Torre Mathé», en recuerdo del director de las Líneas de Telegrafía Óptica( que además creó el Cuerpo de Telégrafos en 1855).
En la primera mitad del siglo XX, ante el crecimiento de la ciudad por las áreas extramuros, se barajó la posibilidad de demoler todo el conjunto y permitir un mayor acceso a los vehículos al centro de la ciudad. Finalmente se decidió el relleno parcial de los fosos y la apertura de dos nuevos arcos en el lienzo de la muralla, los trabajos fueron dirigidos por el arquitecto Antonio Sánchez Esteve. Sobre sus murallas ondea la bandera morada de su cantón.
A mediados de este siglo se abrieron dos grandes arcos para el tráfico rodado, haciendo necesaria una remodelación del torreón central que perdió los dos cartabones laterales, a la vez que ganó las airosas cúpulas de las garitas.







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Iglesia de San Lorenzo Mártir

La edificación de la Iglesia de San Lorenzo Mártir situada en la confluencia de la Calle Sagasta núm. 55 y Calle Armengual núm. 3 de Cádiz (España) se debe al patrocinio del obispo Lorenzo Armengual de la Mota, con la intención de dotar al barrio de la Viña de una ayuda de parroquia.


Las obras duraron cuatro años, siendo su maestro mayor y quien llevó la dirección de los trabajos el alarife Juan Agustín López Algarín. Posteriormente, intervino también el prestigioso alarife Blas Díaz, a quien se le atribuye la construcción de la torre. En torno a 1787 el arquitecto Torcuato Benjumeda remodeló las portadas del presbiterio y patio inmediato a la sacristía. Fruto de todas estas intervenciones se dotaba al inmueble de una magnífica obra, muestra de la actividad creativa generada en la ciudad en estos años, constituyéndose un notable ejemplo de la arquitectura barroca religiosa gaditana, en la que sobresalen la magnífica portada principal y la torre.



De especial interés es la Capilla de la Venerable Orden Tercera de Servitas de María Santísima de los Dolores, abierta en el tercer y cuarto tramo del lado de la Epístola de la Iglesia, cuya construcción comienza en 1763 bajo el diseño y dirección del maestro Diego Ramos, y termina, después de varias interrupciones, en 1774 con Francisco Lorenzo Cañete autor del diseño definitivo. En el inmueble destacan también el órgano, magnifica pieza barroca realizada a finales del siglo XVIII, y el conjunto de retablos, especialmente el retablo mayor, realizado por Francisco López en el siglo XVIII, una de las obras más prestigiosas de la retablística barroca gaditana de dicha centuria. Son de gran relevancia los bienes muebles que contiene.


Entre las pinturas y esculturas se cuentan piezas dieciochescas de origen sevillano, flamenco e italiano, con obras de José Montes de Oca, Antonio Molinari, Peter Reling y Domenico Parodi.


La Iglesia se estructura con planta de cruz latina, de una sola nave y crucero poco acusado. La nave está dividida en cuatro tramos separados por pilastras dóricas que flanquean vanos de medio punto de rosca moldurada que dan acceso a las diferentes capillas dispuestas en los muros laterales. En la zona superior de los arcos se establecen tribunas, abiertas a la nave en forma de balcones de vanos adintelados. Sobre el conjunto se desarrolla un entablamento con friso de triglifos, coronado de una rica cornisa de orden compuesto que se complementa con dinámicos quiebros dispuestos sobre las pilastras y claves de los arcos.


Cada tramo de la nave está cubierto con bóveda de cañón con lunetos que alojan vanos que dan luz al interior del templo, flanqueada con arcos fajones que apoyan sobre el citado entablamento. El coro alto se levanta a los pies sobre el primer tramo de la nave. En su interior se encuentra un órgano realizado por el organero José García en 1793, y reformado en 1883 por Modesto Carrero. Consta de un teclado de 51 notas de octava tendida y registros partidos. Dispone además de 8 pisas para las contras, con tubos propios. La caja es de madera y fue tallada por el ensamblador y tallista Gonzalo Pomar. Mide 3,70 m. de fondo x 4,10 m. de frente x 6 m. de altura.


Cubre el crucero una cúpula sobre pechinas, compuesta de tambor circular y casquete semiesférico. Las pechinas se encuentran decoradas con cuatro lienzos ovalados que representan los cuatro padres de la iglesia realizados en 1727 por Pedro de Cabrera, así como el escudo de armas del Obispo Armengual en madera tallada, policromada y dorada.


Los brazos del crucero albergan cuatro retablos. El obispo Armengual patrocinó los ubicados en los testeros principales y dejó establecido en su disposición testamentaria que se dedicaran a San Liborio y San Rafael. Son obras gemelas de 10 x 5,50 m. Presentan un sólo cuerpo de estípites para enmarcar los lienzos rematados por áticos con bajorrelieves en madera policromada que representan las apoteosis de San Cayetano y San Carlos Borromeo, piezas genovesas de madera tallada y policromada de 1,60 x 1,60 m. aprox., cuya factura puede relacionarse con la producción de Francisco María Galeano.


Las actuales mesas de altar son de estilo rococó, realizadas por Mateo Nadales y doradas por Domingo Rodríguez de Arganzúa en 1762. Las pinturas son muestras destacadas de la producción del artista genovés Doménico Parodi, realizadas en 1728. Desde los años 20 del siglo XX estos lienzos están desplazados de su ubicación original, ocupando su lugar en el lado del Evangelio un lienzo dieciochesco que representa a la Virgen Dolorosa y San Juan Evangelista en el Calvario, y en el de la Epístola el grupo escultórico de Afligidos, que fue encargado en 1716 al escultor holandés Pedro Reling, compuesto por las tallas de madera policromada de candelero de Jesús Nazareno de los Afligidos y la Virgen de los Desconsuelos.


La Capilla Mayor del templo es la capilla funeraria del obispo Armengual, quien dispuso para este lugar la construcción de un suntuoso retablo de 8,30 x 15 m. aprox. Su compleja estructura y elevado coste no permitieron iniciar su construcción hasta 1727. Su novedoso diseño, basado en el uso del estípite y la decoración de menudos motivos vegetales y geométricos, hacen de esta pieza una de las de mayor envergadura artística entre las realizadas en Cádiz durante el primer tercio del siglo XVIII, siendo el artífice encargado de llevar a cabo esta obra el tallista Francisco López. La estructura cubre todo el testero de la capilla mayor con planta cóncava y está estructurado en un cuerpo dividido en tres calles por estípites, y ático. Un gran arco de medio punto alberga en la calle central el sagrario, manifestador y camarín de la Virgen del Pilar. Sobre el arco se sitúa el camarín de San Lorenzo y en las calles laterales hornacinas con pequeños estípites. El ático se resuelve mediante una moldura mixtilínea flanqueada por ménsulas y se enmarca con un remate curvo enlazado con las calles laterales. Los elementos decorativos combinan las hojas de cardo con temas geométricos, pinjantes y placas recortadas, entre los que se intercalan ángeles niños y querubines. Hacia 1730 se procedió al dorado total del conjunto. Del repertorio iconográfico se encargaron varios escultores. Las imágenes titulares son la Virgen del Pilar y San Lorenzo. La primera ocupa el manifestador y es una escultura de alabastro policromado de 0,45 x 0,8 m., que perteneció al obispo Armengual. A sus lados se disponen dos parejas de relicarios de plata, dos de ellos de formas neoclásicas fechables hacia 1800 y con 0,40 m. aprox. de altura, y los otros dos rococó, fechables hacia 1740 con 0,30 m. de altura aprox. La imagen de San Lorenzo es una talla de madera policromada de 1,60 m. de alto realizada en 1725 por Miguel Taramas. José Montes de Oca tuvo a su cargo en 1728 la realización de las imágenes en madera policromada para las calles laterales, San Andrés y Santiago de 1,60 m. de alto aprox. y el relieve del ático, obra genovesa realizada en madera tallada, policromada y dorada de 2 x 2 m. que representa rasgos estilísticos próximos a Francisco María Galeano. La puerta de plata del sagrario mide 0,80 x 0,39 m., fue realizada por el orfebre Francisco Arenas en estilo rococó y presenta la siguiente inscripción:» Donado por Doña Magdalena de Añino en 1776». A sus lados presenta dos relicarios de plata de formas neoclásicas fechables hacia 1790.


En los paramentos laterales del presbiterio se abren vanos de comunicación con la sacristía, cuyo aspecto actual responde al diseño creado por Torcuato Benjumeda. Están enmarcados por pilastras jónicas que sustentan un frontón partido donde aparecen los emblemas parroquiales. Estos frontones quedan parcialmente ocultos por galerías talladas por Rafael Marín y doradas por José Antonio Pino y Guerrero en 1787, obras en madera tallada y dorada de 270 m. de ancho. Sobre las portadas se disponen tribunas cerradas con celosías rococó de los mismos autores. Las hojas de las puertas son de madera noble dispuestas con altorrelieves de emblemas y motivos vegetales, fechables hacia 1730.Ante el retablo se sitúa la bóveda sepulcral del obispo Armengual, cuya lápida de mármol blanco presenta inscripción y escudo grabado.


Dos cofradías ocuparon los retablos situados a ambos lados del presbiterio en 1727. Ambos son de madera tallada y dorada y miden 8 x 3,60 m. aprox. El colateral del Evangelio fue cedido a la Hermandad del Santísimo y Ánimas de la Catedral para que sirviese de Sagrario. El del lado de la Epistola se instaló la cofradía de Jesús de los Afligidos. El primero consta de un cuerpo de tres calles flanqueado por estípites, que se eleva sobre alto banco. Sobre él se dispone un ático, también tripartito y rematado en medio punto. El programa iconográfico contempla, en primer lugar, un Niño Jesús de madera policromada. A sus lados se ubican pequeñas tallas de madera policromada de los patronos de Cádiz, San Servando y San Germán, siendo estas tres esculturas obras de escuela genovesa fechables hacia 1730. La hornacina principal está ocupada por la imagen de vestir de San Miguel realizado en madera policromada por José Montes de Oca hacia 1728. Al mismo autor corresponde la imagen de vestir de madera policromada de San Antonio de Padua que ocupa una de las hornacinas laterales. El ático está centrado por una talla de madera policromada que representa a San Nicolás de Bari realizada hacia 1760, y a sus lados otras de San Lorenzo y Santo Tomás de Aquino fechables en torno a 1730.


Ante este retablo, en el pavimento, se abre la bóveda sepulcral de San Servando y San Germán, cerrada por dos losas de mármol blanco. La primera mide 0,75 x 0,75 m. y contiene la siguiente inscripción: «Esta capilla y bo/beda y entierro es/ de la benerable e/sclavitud del/ santísimo sacra/mento y cofradía de/ las benditas ani/mas año D/ 1728». La segunda losa es de 1,04 x 1,04 m. Presenta grabada una calavera con las tibias cruzadas y varios anagramas de la esclavitud.


El retablo perteneciente a la cofradía de Afligidos es obra del escultor Isidro de Quirós. Se doró en 1775, fecha en la que también se modificó la hornacina principal para transformarla en vitrina. Consta de dos cuerpos con ático rematado en medio punto. En el primero se ubica una gran vitrina flanqueada por estípites sobre la que se encuentra una hornacina entre paños decorados con elementos geométricos, disposición que se repite en el ático. Actualmente ocupa la vitrina una talla de madera policromada de San José, obra realizada hacia 1750, y a sus lados las tallas en madera policromada de San Joaquín y Santa Ana, también genovesas y fechables hacia 1730. El ático conserva el altorrelieve original del Padre Eterno de madera tallada y policromada, ocupa el nicho del sagrario una pequeña imagen de madera tallada y policromada de San Rafael, obra genovesa de 1730.Ante el retablo se abre la bóveda de enterramiento de San Servando y San Germán cubierta con una losa de mármol blanco de 1,13 x 1,16 m. con la siguiente inscripción: «Esta boveda y retablo/ y su arno. son de la b./ cofradía de jhs de/ los afligs. y maria/ santisssima/ d los dsconss./ año de 1727/ R.Y.P.A.».


En la confluencia del crucero con el lado del Evangelio se sitúa el púlpito. Está realizado en 1727 en talleres genoveses con mármoles de colores, descansa sobre un pilar conformado por grandes volutas. Tiene planta cuadrada en cuyos frentes alterna el escudo del obispo Armengual con los emblemas de la parroquia, el pilar y la parrilla. Su tornavoz es obra local de madera tallada, rematado por la figura de la Fe, cuyo dorado renovó José Antonio del Pino en 1785. Bajo el tornavoz hay un dosel de madera tallada y dorada que contiene una talla en madera policromada de Cristo crucificado, obra genovesa de 1750.


De las cinco capillas iniciales cobijadas en los arcos de los diferentes tramos de la nave, dos desaparecieron en 1755 al construirse la capilla de la Venerable Orden Tercera de Servitas.


Entre 1759 y 1763 se realizaron dos retablos gemelos de madera tallada para el segundo tramo, dedicados a San José y San Nicolás de Bari. El primero conserva la imagen titular en el antiguo retablo de Afligidos. La talla de San Nicolás, cuyo retablo no llegó a dorarse, está ubicada actualmente en el ático del retablo sacramental. Hoy ocupan estos retablos las imágenes de la cofradía de Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de la Caridad, fundada en 1955. Son retablos que se ajustan al medio punto de la capilla y presentan un cuerpo con hornacinavitrina, y áticos con relieves. Cubren toda la superficie motivos rococó con abundancia de tarjas arriñonadas. En el ático del situado al lado del Evangelio se dispone un relieve de madera policromada con un santo obispo, obra contemporánea del retablo.


El primer tramo del lado de la Epístola está ocupado por un retablo de madera tallada, policromada y dorada construido hacia 1763. Sufrió una importante reforma en el siglo XIX, afectando al enmarque de la hornacina y a su policromía. La zona original corresponde a la hornacina y columnas corintias que la flanqueaban, cuyos fustes decoran guirnaldas. Algunas rocallas complementan la decoración de esta sencilla estructura, actualmente ocupada por una pequeña imagen de madera policromada de la Virgen del Carmen, obra de 1800 de candelero.


En los pilares inmediatos a estos retablos se disponen sendas pilas de agua bendita de forma avenerada, realizadas en torno a 1730 en mármol blanco. Junto a la entrada lateral del templo hay otra pequeña pila de mármol blanco, negro y rojo con una pequeña cruz en el frontal, siendo obra contemporánea de las anteriores.


En el pavimento, a la altura del coro y ante los arcos de acceso a la capilla de la Venerable Orden Tercera de Servitas, se abren dos bóvedas de enterramiento cerradas por losas de mármol blanco de 1,53 x 1,20 m. cada una, sin inscripciones. El obispo Armengual quiso reforzar el culto a la Virgen del Pilar con la fundación de una archicofradía en 1730, a la que le concedió la Capilla del Pilar, cuyas obras de adaptación concluyeron en 1753. Se ubica en la capilla abierta en el cuarto tramo del lado del Evangelio de la nave, ocupa un espacio cuadrado totalmente cubierto de elementos decorativos en madera tallada y dorada y policromía de paramentos, extendidos por los retablos, arco de embocadura y bóveda. El intradós del arco lleva una decoración estofada con rica policromía. Bajo él se disponen sendos lienzos con la representación de la Virgen apareciéndose a Santiago y el Martirio de este apóstol. Dos ángeles sustentan el escudo de la cofradía sobre la clave y otros dos, más pequeños, portan sendas lámparas, siendo obras genovesas relacionadas con la producción de Francisco María Galeano.


] Capilla de Pilar
El retablo principal de la Capilla del Pilar está realizado en madera tallada y dorada, mide 3,10 x 3,10 m. aprox. y se compone de un cuerpo elevado sobre alto banco, con vitrina central y hornacinas laterales flanqueadas por estípites. El ático semicircular que lo remata tiene marco decorado por cabezas de ángeles y moldura cruciforme en su centro con grandes tarjas arriñonadas a los lados. Ocupa el nicho central la imagen de la Vir gen del Pilar flanqueada por los santos Andrés y Santiago, obras genovesas de 1750. Ocupan las hornacinas laterales las imágenes de San Francisco de Asís y San Jerónimo, obras de 1730 y vinculadas a la producción del genovés Antón María Marragliano. También de origen genovés es la talla de Cristo Crucificado que ocupa el ático. Todas son esculturas realizadas en madera tallada y policromada. Las tarjas del ático contienen emblemas de las Letanías y sobre la clave de la bóveda dos ángeles sustentan el escudo de la corporación.


En el lado del Evangelio de la Capilla del Pilar se encuentra un retablo vitrina de madera dorada, en cuyo interior guarda una cruz de guía realizada en torno a 1730. El banco contiene un pequeño lienzo de 1700 que representa al apóstol San Andrés. En el frente opuesto se sitúa otro retablo de características semejantes, portando un lienzo de principios del siglo XVIII que representa al Santo Cristo de Ribolta con las Ánimas del Purgatorio. El banco está centrado por un lienzo de 1700, que representa los Santos Corporales de Daroca. Cierra la capilla una reja de madera torneada y tallada realizada hacia 1753. Mide 1,70 x 3,10 m.


Ante la Capilla del Pilar se abre una bóveda para enterramiento de los Santos patronos de Cádiz. Está cerrada con losa de mármol blanco de 1,53 x 1,20 m. con inscripción en marco de difícil lectura.


Capilla Bautismal
La Capilla Bautismal está situada en el primer tramo del lado del Evangelio. En 1787, cuando el templo se convirtió en parroquia, fue totalmente remodelada por Torcuato Benjumeda, si bien ha sufrido trasformaciones radicales durante el siglo XX. La pila bautismal, de mármol blanco sigue el tipo tradicional, con taza octogonal sobre pilar abalaustrado. Fue realizada en Génova según diseño de Torcuato Benjumeda. Actualmente se ubican en esta capilla las imágenes de la cofradía del Descendimiento. Cierra este ámbito una reja de madera torneada realizada en 1787, de 2,09 x 2,90 m.


El pavimento del templo es de mármol genovés blanco y azul dispuesto en forma ajedrezada. En la cabecera del templo, a ambos lados del presbiterio se ubican las sacristías. Son dependencias de planta rectangular cubiertas por bóvedas de cañón y arcos fajones que descansan sobre pinjantes de formas recortadas. La Venerable Orden Tercera de Servitas se instaló en la Iglesia de San Lorenzo en 1727, dos años después de inaugurarse el templo, concediendo el obispo Armengual a esta Orden el uso de la capilla ubicada en el cuarto tramo del lado de la epístola de la nave. A mediados de siglo comenzó a plantearse la necesidad de contar con un espacio más amplio, y en 1763 empezaron las obras de la nueva capilla bajo diseño y dirección del maestro Diego Ramos, aunque una serie de dificultades económicas obligaron a paralizar los trabajos.


En 1765 se decidió otra disposición para la capilla que consistía en levantar una nave paralela a la del templo con acceso directo desde la calle y para dar un aspecto uniforme al conjunto de la Iglesia se pretendía configurar otra similar en el lado del Evangelio unificando las capillas que allí existían. El proyecto se encargó al arquitecto Torcuato Cayón, pero su elevado coste motivó que tras varios años de trabajo las obras fueran suspendidas y se derribase lo ya construido para realizar la actual capilla. Francisco Lorenzo Cañete es el autor del diseño definitivo, en el que concibió una capilla de planta cuadrada con cubierta de cúpula semiesférica. La capilla se inauguró el 25 de marzo de 1774.


De la abundante decoración de tallas doradas y pinturas que cubrían los paramentos se han conservado cuatro grandes lienzos en forma de medios puntos que se sitúan bajo la cúpula y que representan diversos episodios de la historia de la instalación de la Orden en Cádiz. Todos ellos son contemporáneos de la capilla, si bien el situado sobre el retablo mayor fue agrandado hacia 1940, cuando se pintó la representación del Padre Eterno situado en la zona central. Los extremos de este lienzo son originales y representan La Presentación de Jesús en el Templo y Jesús entre los doctores. El lienzo situado al lado del Evangelio representa escenas de la vida de San Felipe Benicio y en el de la Epístola la Virgen protegiendo bajo su manto a los siete santos fundadores de los Siervos de María. Por último, el lienzo situado frente al presbiterio recoge escenas de la fundación de la Orden en Cádiz.


Capilla de los Servitas
A mediados del siglo XIX se reemplaza el primitivo retablo rococó de la Capilla de Servitas, realizado en 1774 por Gabriel de Arteaga, por otro neoclásico de Juan Rosado. A mediados del siglo XX esta estructura sufrió una reforma que eliminó el primitivo ático. Es una obra de madera tallada, policromada a imitación del mármol y dorada de 6 x 3,50 m. Consta de un cuerpo centrado por una hornacina flanqueada por columnas corintias, y rematado por frontón curvo. La caja de hornacina es obra rococó perteneciente al retablo anterior, dispuesta de abundante decoración tallada y dorada. Está ocupada por la Virgen de los Dolores, talla en madera de candelero de 1,60 m. de alto realizada hacia 1740. Flanquean a esta imagen dos cornucopias rococó de madera policromada y dorada de 1774, y pertenecientes al anterior retablo. A ambos lados se ubican las tallas de madera policromada de San Peregrín y San Felipe Benicio, obras genovesas de 1774. El sagrario presenta una puerta de plata de finales del siglo XIX con la representación del Buen Pastor en relieve, a sus lados muestra dos relicarios de filigrana de papel con marco de madera dorada datados en 1770.En los laterales de este retablo se abren sendas puertas con hojas dobles rematadas en medio punto, de madera tallada y dorada, realizadas en 1774. Sobre estas dos puertas se encuentran dos ángeles lampareros de madera tallada y policromada, de la misma época.


En un lateral de la Capilla de Servitas se levantan dos pequeños retablos rococó de madera tallada y dorada. El primero está presidido por la talla en madera policromada de San Juan Bautista, obra genovesa de 1774. De igual origen y cronología son las tallas de madera policromada que ocupan los laterales; la Imposición de la casulla a San Ildefonso y San Ildefonso y un santo sin identificar. Ocupa el ático un lienzo de la Divina Pastora realizado por Antonio Pino. El segundo lo preside la talla genovesa en madera policromada de San Francisco Javier, ambos de la misma época que los anteriores. A cada lado se encuentra una pareja de relicarios de madera tallada y policromada de 1750. En las hornacinas laterales muestran las imágenes de Santa Rita y Santa Juliana Falconieri y en el ático, un lienzo realizado también en 1774 que representa a San Juan Nepomuceno.


En el pavimento de la Capilla de Servitas, de losas de mármol genovés blanco y azul, se abre una bóveda cerrada por una pequeña losa de 0,26 x 0,26 m. con la siguiente inscripción: «Este nicho y sepult/ es pº del sr. dn. juan/ jordan prior y bienhechor/ que (perdido)/ de sus hijos y sucesores/ murió en 28 dic. de 1788/ R.Q.I.P.»Los dos arcos que comunican la Capilla de Servitas con la Iglesia se cierran por sendas rejas de hierro forjado, realizadas en 1774.En el exterior el templo presenta dos fachadas con predominio de grandes superficies lisas, para centrar la atención decorativa en las portadas y torre. La fachada principal, rematada por un agudo piñón, tiene un acusado ritmo vertical muy frecuente en la arquitectura bajo andaluza de la época. La portada refuerza la verticalidad del conjunto con la superposición de varios cuerpos que casi alcanzan la altura del hastial. El vano principal va enmarcado por baquetones mixtilíneos que conforman un espacio sobre el dintel para albergar el escudo de armas del obispo Armengual, dispuesto entre una abundante decoración de roleos y frutas. Flanquean el conjunto dos pilastras lisas, cuya superficie es desbordada por los baquetones interiores. Sobre una cornisa de movidas líneas se dispone el segundo cuerpo dispuesto con una hornacina central que alberga la imagen de mármol del santo titular, coronada por dos roleos colocados a modo de frontón partido entre los que se desarrollan dos remates decorativos que, aunque interpretados en forma dieciochesca, evocan motivos manieristas. Dos cañones ubicados a los lados para proteger la portada y un tercero situado en la confluencia de las fachadas, constituyen el testimonio más antiguo de la utilización de estas piezas, características en el contexto urbano de Cádiz. En 1927 se colocó en el lateral derecho de la fachada un retablo cerámico realizado en Talavera de la Reina por el ceramista Ruiz Luna, siguiendo la técnica de la cuerda seca, de 1,62 x 2,77 m. En él se representan los titulares de la cofradía de Afligidos enmarcados por motivos de inspiración plateresca. En el lateral izquierdo de la portada se dispuso años más tarde otro retablo que representa a Jesús de las Penas, realizado hacia 1960 en la fábrica de cerámica trianera de Ramos Rejano, de 1,62 x 2,77 m. También una hornacina situada a la derecha de la fachada principal, alberga la imagen de candelero de la Virgen de los Dolores realizada en 1729 por José Montes de Oca.


La portada lateral presenta un doble baquetón mixtilíneo en torno al vano, rematado por un pináculo. Su emplazamiento actual, a la altura del tercer tramo del lado del Evangelio, no es el originario, pues en 1739 fue situada en este lugar al serle adjudicado a la archicofradía del Pilar el cuarto tramo para la construcción de su capilla, lugar donde se abría la primitiva portada. La torre se eleva sobre la confluencia de las dos fachadas. Su planta es octogonal y consta de un cuerpo de campanas sustentado por columnas dóricas entre las que alternan vanos de medio punto, ciegos y abiertos. Un chapitel piramidal cubierto de azulejos policromos valencianos sirve de remate. En cada uno de los paños se disponen motivos alusivos al templo enmarcados por cenefas.

Teatro Romano de Cádiz

El Teatro Romano de Cádiz (aunque habría que decir mejor de Gades) se descubrió en el año 1980 en unas excavaciones arqueológicas destinadas a localizar el Castillo de la Villa. Hasta entonces sólo se habían visto algunas de sus galerías interiores sin identificar a que edificio pertenecían.
Así, el teatro fue abandonado en el siglo IV d. de JC. Sobre sus ruinas los musulmanes edificaron una fortaleza hasta que en el siglo XIII el rey Alfonso X El Sabio la reconquista trazando sobre él parte de la ciudad medieval.

Hoy en día, hay edificios modernos como la guardería municipal que se superpone al teatro, al igual que la Posada del Mesón, la Casa de Estopiñán y la Casa de Contaduría, edificios que componen el barrio del Pópulo, y que junto con los restos que quedan de la ciudad medieval impiden el que se pueda excavar el teatro en su totalidad.
El Teatro de Cádiz tiene ciertas características, que lo diferencian del resto de teatros romanos hallados hasta la fecha, como son:
Es de los teatros más grandes. El diámetro de su cavea[1] es de más de 120 metros, y su aforo sería alrededor de unos 20.000 espectadores, bastantes si tenemos en cuenta que su población rondaría los 50.000 habitantes.
Es el teatro más antiguo entre los conocidos hasta ahora de la Península.
Es de los pocos edificios públicos de la Hispania Romana a los cuales personajes tan relevantes como Cicerón o el historiador griego Estrabón lo mencionan en sus obras. En una carta de Asinio Polión, entonces gobernador de la Bética, a Cicerón se dice que Balbo, el menor, fundador de la Neápolis, la ciudad nueva representó en el teatro de Gades una obra escrita por el mismo, que recordaba su colaboración con Julio César y que en este mismo teatro hizo de una vez las elecciones de dos años, reservó catorce gradas de asientos a los caballeros gaditanos, premió a un actor con el anillo de los caballeros y a otro actor lo mandó ejecutar por ser muy feo.

Cuenta Estrabón que los gaditanos en un principio vivían en una ciudad muy pequeña; «más Bálbos el Gaditanós, que alcanzó los honores del triunfo, levantóles otra que llaman Nueva; de ambas surgió Didyme, cuyo perímetro, aunque no pasa de veinte stadios, es lo suficientemente grande para no sentirse agobiada de espacio». Y así se inició la construcción de la Neápolis y la de un teatro que, actualmente, está considerado como el más antiguo y de mayores dimensiones de Hispania. Todo un ejemplo del esplendor que vivió Gades en la Antigüedad clásica.
El edificio se abandonó a finales del siglo III y fue saqueado a partir de la centuria siguiente, aunque en época tardorromana, islámica y cristiano-medieval, los restos de su estructura fueron utilizados como almacenes, cuadras, parte de viviendas, etc.
El Teatro Romano de Cádiz surgió «dentro de los planes urbanísticos de una familia gaditana, los Balbo, en su intención de dotar a su ciudad de importantes edificios públicos, a imitación de su capital, Roma», cuenta el arqueólogo Ángel Muñoz Vicente. Los Balbo proyectaron ampliar el antiguo asentamiento fenicio construyendo otro nuevo junto a él. Este núcleo urbanístico es conocido como Neápolis, y de él se conocen, además del teatro, numerosos restos urbanos excavados en los últimos años. «Igualmente tenemos noticias de la existencia de otro importante edificio público, el anfiteatro, en el barrio adyacente al Pópulo, el de Santa María, en las cercanías de las actuales Puertas de Tierra», apunta Muñoz, para quien el Teatro Romano es «uno de los pocos edificios antiguos de nuestra Península que cuenta con referencias directas de los autores importantes de la época. Así, Cicerón, refiriéndose al mandato político de Balbo en Cádiz, alude a ciertos usos del edificio por este personaje en beneficio propio».
Si los restos del anfiteatro fueron visibles al menos hasta el siglo XVI –su perímetro aparece representado en un grabado de esa época de Antón de las Viñas– el Teatro, por el contrario, estaba ya cubierto, o sus estructuras reutilizadas e integradas en la villa medieval erigida por Alfonso X el Sabio en el siglo XIII.
Del teatro no se sabía nada fuera de los textos clásicos, entre los cuales algunos indicios señalan que ya en el año 44 a.C. se habían representado allí obras de teatro como Iter, una autobiografía de Lucio Cornelio Balbo «El Menor», para conmemorar su elección como magistrado local y en la que narraba su intervención en las guerras civiles; crónicas posteriores relatan que el propio autor lloró al contemplar la representación y recordar a Julio César, que había sido asesinado sólo unos meses antes. También se habla del teatro en las Cartas a familiares de Cicerón (43 a.C.) Asinio Polión, en carta a Cicerón afirma que, en los juegos organizados por Balbo en Gades, había en el teatro catorce filas de asientos reservadas a los caballeros.
Y aunque desde el siglo XVIII existen referencias a subterráneos en la zona –sin duda relacionadas con algunas de las galerías del monumento, y que hablan de pozos que permiten acceder a una rotonda con asientos de mármol– hubo que esperar hasta octubre de 1980 para que, de una manera inesperada y casual, afloraran los restos del Teatro.
A principios del siglo XX, el obispo cedió temporalmente a Rafael Manzano el patio de la Catedral Vieja, que ya sólo era una explanada llena de escombros, para que allí construyera un barco (el vapor Covadonga). Luego del Covadonga decidió comprar el solar prestado y en él montó una fundición. En 1950 la empresa Manzano se une con la empresa Vigorito (de antiguos italianos afincados en Cádiz) y reservan la instalación para almacenar hierro y suministros marítimos; la gente la conocía como Almacenes Vigorito. Así estaban las cosas hasta que en 1979 se produjo un incendio en los almacenes Vigorito.
En 1980 los sondeos arqueológicos encargados por el Ministerio de Cultura al entonces director del museo de Cádiz, Ramón Corzo Sánchez, para delimitar la zona de expropiación para descubrir la alcazaba medieval deparara el hallazgo del monumento romano. Posteriores sondeos permitieron localizar las gradas superiores, y, poco a poco, se excavó un tramo de la galería y del graderío.
Hoy, del teatro romano perduran un buen número de filas de gradas de la media cavea y se han documentado las gradas inferiores y parte de la orchestra. Hormigón romano, mortero de cal con piedras y un revestimiento de cal son los materiales con los que se construyó el monumento.
Ángel Muñoz indica que el sector superior de la summa cavea ha desaparecido tanto por la utilización de sus materiales para construir inmueble en la época medieval como por la propia acción del mar. Pero junto a este sector socavado se ha conservado «excepcionalmente», dentro de otras construcciones, un tramo de muro curvo que corresponde a la fachada trasera del Teatro, «así como parte del entramado que sostendría el graderío y el inicio de un pasillo o deambulatorio tras la fachada».
Entre esta zona y la primera línea de gradas conservadas se observa también una hilada de sillares de piedra ostionera «que quizás corresponda a la pared lateral de mayor radio de una galería superior, perdida en su mayor parte al arrancar la misma desde la cota de suelo que hoy pisamos». Por el oeste, el graderío se adentra bajo el ábside de la Catedral Vieja, la Casa de Contaduría eclesiástica, la Posada del Mesón y la Casa de Estopiñán, que conserva restos en la planta baja. Y por el extremo oriental el graderío entra bajo la Guardería Municipal y, por consiguiente, bajo los cimientos del castillo medieval.
Otro sondeo permitió en 1999 comprobar la existencia de otra bóveda simétrica a la documentada en la Casa de Estopiñán y permitía establecer la orientación del monumento y su diámetro: 120 metros.
Para Muñoz, el futuro del Teatro «pasaría por un replanteamiento de la ordenación urbanística actual de un grupo de inmuebles de escaso o nulo valor arquitectónico e histórico» del siglo XIX, «cuyo derribo permitiría sacar a la luz el resto del edificio, pudiéndose visualizar totalmente la orchestra, el resto del graderío y la scaena del teatro más antiguo de Hispania».
Tras un laborioso proceso de restauración y acondicionamiento actualmente el edificio está perfectamente acondicionado para visitas, constituyendo un ejemplo significativo de integración de restos arqueológicos en la trama urbana de la ciudad de Cádiz.
El teatro de Gades, al ser muy antiguo, conserva muchas características de los teatros griegos, aunque con adaptaciones hechas por los romanos. Como era corriente hacer por ellos, se utilizó un desnivel del propio terreno para apoyar en la roca gran parte del graderío, que era de hormigón. Las técnicas constructivas son las características de la etapa republicana, sobre todo usaban el hormigón (opus caementicium), mortero de cal, cascotes y arena que era más resistente y salía más económico que la cantería tradicional.
Todo el graderío en la zona superior e intermedia iba cubierta con un revoco de cal y cerámica triturada, y la zona más cercana a la orchestra llevaba sillares.
Todos los teatros romanos eran en realidad una representación de la sociedad romana y sus clases sociales bien diferenciadas y separadas por pasillos llamados euripos.
El graderío está construido en forma de herradura, de semicircunferencia para conseguir la acústica deseada. Está orientado al Norte, hacia el mar divisándose desde las caveas superiores toda la Bahía de Gades.

El muro exterior, además de para cerrar el edificio, se utilizaba como hoy día hacemos para colocar los anuncios de los espectáculos que se iban a ofrecer mediante rótulos pintados sobre el propio muro.

El porticus era la zona más alejada del escenario, se colocaría aquí la plebe más humilde (sin toga), las mujeres y los niños que no tuvieran educadores privados. A continuación los esclavos siempre de pie, salvo que sobraran asientos reservados a personas libres.

Summa cavea, donde se sentarían los libertos.

Media cavea, donde se colocaría el público en general, los ciudadanos, los huéspedes, funcionarios públicos…

La ima cavea es la zona del graderío más cercana al escenario, más privilegiada por tanto y destinada a las autoridades y personas importantes de la ciudad de la aristocracia. Existía una ley que obligaba a reservar las primeras 14 filas a los equites, sector importante que tenían el poder económico en sus manos. En este caso, de Gades se menciona que había 500 équites [2] lo que da idea de la importancia económica que tendría la ciudad entonces. También podemos apreciar desde aquí las huellas de los velarium, que eran grandes toldos sostenidos por postes de madera para proteger al público del sol además de funcionar como elemento para potenciar la acústica del teatro.

Orchestra. Es la zona semicircular entre el graderío y el escenario. Mientras que en el teatro griego esta zona era de gran utilidad, en el teatro romano se reservaba para los senadores. Estos asientos separados del resto del pueblo estarían señalados para los cargos a los que estaban reservados.

Podium. Plataforma donde actuaban los actores.

Scaena. Portada de dos pisos generalmente, adornado con columnas y estatuas de los emperadores que cerraba el frente del teatro. Solían tener pantallas giratorias para cambiar de decorado y plataformas móviles que trasladaban a los actores a través de la escena o de arriba abajo para representar a los dioses. Utilizaban recursos escénicos como barriles llenos de piedras.
La excavación sólo ha dejado al descubierto una porción del edificio (parte media del graderío y la galería que discurre bajo él) pero por ella podemos hacernos una idea aproximada de sus características. Se levantó aprovechando parcialmente la pendiente del terreno para apoyar sobre ella el graderío. Las ruinas de la escena y el pórtico que se abriría tras la orchestra permanecen sepultadas bajo el caserío del barrio del Pópulo.
Las técnicas constructivas son características de la etapa republicana; sobre la mampostería y el aparejo isodomo (sillares puestos en hiladas iguales) predomina el hormigón, opus caementicium, mortero de cal, cascotes y arena, de gran plasticidad, resistencia, y sin el costo ni la complejidad de la cantería tradicional. Con él se modeló todo el graderío, que en la zona intermedia y superior iba cubierto con un leve revoco de cal y cerámica triturada, opus signinum, mientras que en la más cercana a la orchestra llevaba un forro de sillares.
Presenta rasgos muy antiguos, con graderío en forma de semicircunferencia prolongada como una herradura, asientos distribuidos radiálmente en varios sectores y perfil parabólico en la sección de las gradas para conseguir la acústica adecuada. Disposición similar tienen algunos teatros helenísticos tardíos, cuyos paralelos más cercanos se localizan en el sur de la península itálica y Sicilia.
Entrando en las ruinas, vemos que la mayor parte de la summa cavea desapareció por la reutilización de las piedras en edificaciones medievales pero se ha conservado un tramo de muro curvo (muy alterado por sucesivas reformas) que corresponde a la fachada; también se ve una parte de un pasillo situado tras la fachada.
Entre esta zona y la primera línea de gradas hay una fila de sillares que pudieron ser de la pared lateral de una galería superior.
A la izquierda las gradas se meten bajo la Catedral Vieja y por la derecha se meten bajo la Guardería Municipal.
El graderío, o cavea, aparece dividido en tres sectores. La summa cavea podría estar basada sobre muros anulares y radiales y constituida por un armazón de vigas de madera, quizás cubierta con un toldo o velarium apoyado en postes de madera, cuyos hoyos cuadrados de anclaje aparecen en las gradas. Perdura la mayoría de las filas correspondientes a la media cavea y se han documentado las gradas inferiores y parte de la orchestra; los dos sectores inferiores, apoyados sobre galerías abovedadas, se encuentran en muy buen estado de conservación.
Una zanja abierta en el eje del teatro permite observar una pequeña superficie de la zona inmediata a la orchestra, que estaba separada del graderío por amplio pasillo y antepecho, del que únicamente se conserva el arranque de una de las lajas de piedra que lo conformaban. También se pueden observar los sillares originales que formaban la galería en esta zona y el arranque de la escalera central.
Otro importante sector excavado es un amplio tramo de la galería que canalizaba la circulación de espectadores para acceder desde el exterior a los asientos de la zona media del graderío, el cual en parte descansa sobre ella. Es de amplias dimensiones y se cubre con una bóveda anular de medio punto o de cañón. Al igual que en el exterior el material más utilizado es el hormigón.
Para construirla fue necesario recortar previamente la roca natural y luego, con sillares perfectamente labrados en la misma piedra, se levantó el muro externo, mientras en la parte inmediata al terreno natural se hizo un muro de hormigón de la misma altura. Sobre ambos se dispuso un molde de madera, o encofrado, para formar la bóveda también con hormigón.
En el muro exterior se abren los vanos (o vomitoria) que comunican con el graderío y lucernarios para iluminar el espacio de la galería. De los seis accesos al graderío que había se han localizado cuatro. En los accesos observamos huellas de una reforma que debió realizarse cuando el edifico aún estaba en construcción.
El diseño original disponía una serie de escalones para salvar el desnivel existente entre la galería y el graderío, pero, por causas desconocidas, posiblemente problemas en la evacuación de las aguas pluviales, hubo que elevar el pavimento de la galería y en consecuencia anular parte de los escalones cubriéndolos con una rampa de sillería para salvar el nuevo desnivel.
En las zonas donde se ha destruido la rampa podemos observar que algunos escalones quedaron incluso sin terminar de tallar, labor que debía realizarse una vez colocados. Otros, que sí están acabados, no presentan el desgaste lógico provocado por el uso. Como consecuencia de esas transformaciones fue necesario transformar también la zona superior de los vomitorios.
Esta galería permanecía casi completamente anegada hasta hace poco, ya que en ella desembocaba una antigua cloaca.
El que era el mayor teatro romano de Hispania debió tener, pese a ser el más antiguo también, una decoración acorde con sus dimensiones. En el museo de Cádiz se conserva un trozo de cornisa de mármol con delicados adornos vegetales. Otro elemento decorativo rescatado es un fragmento de estatua representando una figura masculina. Es curiosa un decoración a base de dos figuras de conejos en actitud de comer hojas y frutas.
Pero lo verdaderamente curioso es que, durante una de las fases de excavación (y en niveles romanos) se encontraron restos cerámicos de un plato conteniendo conchas de caracoles terrestres y huesos de conejo doméstico; verdaderamente los gaditanos tenían entre sus bocados favoritos el «conejo con caracoles» y le homenajeaban elevándolo a motivo decorativo del propio teatro.
Tras la excavación ha quedado vacante una multitud de piezas que esperan el día en que puedan ser combinadas como las de un puzzle para ser montadas y reproducir algunos trozos del viejo teatro, en lo que se ha sacado hasta ahora. Para sacar el resto del edificio y ver toda la orchestra, todo el graderío y la scaena del teatro más antiguo y el segundo más grande de Hispania habría que derribar las construcciones decimonónicas que tienen poco valor histórico pero, eso sí, gran valor económico.


CASA DE LAS CADENAS


La Casa de las Cadenas de Cádiz se encuentra situada en la calle Cristóbal Colón número 12, en el centro del casco histórico de la ciudad, y se construye en el año 1693 para su promotor, don Manuel de Barrios.
Ejemplo emblemático del tipo de casa señorial gaditana conocida como de Cargadores de Indias, es éste un noble edificio de cuatro plantas de altura que se organiza en dos cuerpos según una solución compositiva habitual en Cádiz: las dos primeras plantas están construidas con la clásica piedra ostionera de la zona, a manera de zócalo de base de todo el edificio, mientras que las dos plantas superiores quedan revestidas por convencionales paramentos acabados en color blanco.

Cuenta con una espléndida portada barroca labrada en mármoles italianos traídos de Génova que contrasta con la sencillez de su larga fachada, de trazado algo curvo siguiendo la alineación de la calle. Se trata de una portada que basa su estructura en dos parejas de grandes columnas salomónicas con capiteles corintios que flanquean la puerta de acceso y soportan un estrecho y alargado balcón con balaustrada de piedra, focalizando la atención de todo el edificio. Un segundo cuerpo de esta portada se centra sobre el anterior en un hueco al que se le adosan a cada lado pilastras pareadas de orden jónico con decoraciones en relieve a base de guirnaldas y rostros infantiles. Se remata la composición con un original frontón curvo en cuyo tímpano se despliega una decoración menuda con figuras de ángeles que centran un motivo eucarístico.
Casa de las Columnas. Fachada general.Otro elemento singular de este importante edificio es su torre-mirador, elemento característico de las construcciones gaditanas que aparecen a finales del siglo XVII y adquiere personalidad propia durante la siguiente centuria. Convertida en un elemento de prestigio de los prósperos comerciantes gaditanos de la época, la correspondienjte a esta Casa de las Cadenas presenta influencias del estilo neoclásico y se resuelve con altas pilastras de orden toscano que contribuyen a aumentan la esbeltez de su figura.
Interiormente cuenta con un bello patio sobre cuatro columnas cuyo cuerpo superior se cierra mediante una galería acristalada.


Completamente reformada en el año 1987 por los arquitectos Antonio Ortiz y Antonio Cruz, actualmente el edificio se muestra en todo su esplendor y alberga la sede del Archivo Histórico Provincial de Cádiz.
.Es una magnífica casa-palacio, de estilo barroco, para cuya construcción hubo que demoler varias fincas colindantes, incluida la primitiva casa. Se le concedió el privilegio de inmunidad tras haberse refugiado en ella la procesión del Corpus de 1692, en su pórtico, de mármol genovés, se colocaron unas cadenas, hoy perdidas, que recordaban el acontecimiento y a las que debe su nombre. En el pórtico son dignas de mención las cuatro columnas salomónicas y el balcón abalaustrado enmarcado por cuatro pilastras jónicas y un frontón curvo.
En su interior es notable el patio con columnas de orden toscano y la cúpula elíptica sobre pechinas que cubre la escalera.
La Casa de las Cadenas se encuentra cerca de la Plaza de San Juan de Dios y a escasos metros de la Catedral de Cádiz






Iglesia del Nuestra Señora del Carmen

Esta situada en la Alameda Apodaca, frente al Baluarte de Candelaria.
La iglesia del Carmen de Cádiz se levanta sobre una antigua ermita, conocida como de la Bendición de Dios.
Se comenzó a contruir en 1743 y bendecida en 1762, dirigida por el alarife José Bolaños Jiménez.
De estilo barroco, con planta de cruz latina.
La nave central es más alta que las laterales que están configuradas por numerosas capillas de patronato.
La nave principal se cubre con bóveda de cañón y en el crucero hay una cúpula gallonada sobre pechinas.



Sus retablos son de madera sobredorada de estilo rococó entre ellos sobresale el retablo de la capilla mayor, del siglo XVIII, con tres calles y cuerpos.
En el retablo central se venera, bajo un baldaquino, la imagen de la Virgen del Carmen.
La fachada es muy esbelta, con tres cuerpos con pilastras adosadas, dejando grandes espacios limpios de decoración, ésta se concentra en la portada de mármol, con dos cuerpos de columnas de orden jónico y girnaldas de flores.
Destacamos las dos espadañas que coronan la fachada, donde se muestra toda la fantasía de la decoración barroca.
Perteneciente a la orden de los religiosos carmelitas descalzos, se trata de una Iglesia con planta de cruz latina, de esbelta fachada, de la que sobresalen dos espadañas o campanarios de gran riqueza decorativa articulados por pilares y cornisas.

En este se venera y da cobijo a la imagen de la Virgen del Carmen, muy vinculada a la religiosidad popular gaditana como protectora de las gentes del mar; y en el año 1812 fue el lugar donde se celebró el solemne Te Deum en acción de gracias por la feliz conclusión del texto Constitucional.

Torres de sillon y garita

Este tipo es el resultante de una fusión entre las torres de sillon y de garita. Con ello se consigue añadir aún más altura al superponer al último cuerpo de la torre de ‘sillón’ una garita en uno de sus extremos. De esta forma se consigue un acceso más cómodo a la terraza alta, a la vez que un punto de mira más resguardado desde la garita y con horizonte más amplio.Pero, si en el plano de lo práctico consiguen sumar todas las ventajas del tipo ‘sillón’ y tipo ‘garita’.

Torres de Garita

Torres de Garita, llamadas así porque poseen una garita encima de una torre normalmente cuadrada y de dos alturas, dicha garita cumple dos funciones: por un lado albergar la escalera de caracol que da acceso a la terraza y por otro, ubican el punto de observación en una pequeña plataforma o sillín en su parte superior, desde donde el propietario dotado de un catalejo controlaba el devenir de sus naves.

Torres de Sillón

 Este grupo constituye un tipo con más características comunes que el anterior, lo que nos permite estudiarlas en conjunto a pesar de las peculiaridades particulares de algunas. Solucionan de una forma práctica y satisfactoria su misión de mirador, pues consiguen gran altura sin cargar excesivamente la estructura general del edificio al elevar su último cuerpo con una superficie que ocupa la mitad o menos de la planta general de la torre. A la terraza de este último cuerpo se accedía por una escalera móvil y desde ella se oteaba el horizonte en busca de novedades.Los cuerpos de estas construcciones se resuelven con gran sencillez, siendo todos lisos, con el único resalte de los listeles que separan las plantas o las molduras que en algunos casos llevan sus vanos. Como terminan en dos niveles, se plantea el problema estético de establecer un nexo armónico entre ambos. Para ello se acude a soluciones diferentes: en el número 23 duplicado de la calle Columela, tenemos una torre de planta rectangular con un listel en el primer cuerpo y listel y cornisa en el segundo, que marca una fuerte separación con el último cuerpo y amortigua el seco efecto que supone el ángulo recto formado por su unión con el pretil de la terraza baja. En el número 2 duplicado de la misma calle Columela, también se marca con una amplia cornisa la separación del último cuerpo, que al ocupar más de la mitad del área de la planta y articular su pretil en metopas, adquiere gran entidad en el conjunto de la construcción, por lo que la unión de los cuerpos queda en un segundo plano. Otro grupo de torres resuelve de forma más acertada la unión de los dos niveles de terrazas, colocando unos muretes de perfil mixtilíneo entre ambos cuerpos

Torres de Terraza

Las torres más antiguas que se conservan en Cádiz pertenecen al edificio levantado por don Diego Barrios en la actual plaza de San Martín. La construcción de estas torres en el año de 1685 fue causa de una polémica muy interesante que terminó con la venia para su conclusión y que aclaró la legalidad de construir torres en los edificios civiles de la ciudad. Por otra parte, resulta de gran interés por ser las únicas que forman pareja dentro de un mismo edificio, aunque, en realidad esto no constituyera un caso singular en su época.Las características generales de las torres son las siguientes: tienen planta cuadrada y se elevan un piso a ambos lados de la fachada principal del edificio. Cada uno de sus frentes tiene un vano rectangular con ménsula en su clave, flanqueado por pilastras pareadas de tipo toscano en cada uno de sus lados, repitiendo la articulación del tercer cuerpo del edificio.César Pemán, en su libro Arquitectura barroca gaditana. La casa de don Diego Barrios (1955) opina que antes de terminar en terraza, como ahora las conocemos, estaban cubiertas con tejado. Según su opinión esto debe obedecer a una mutilación, pues considera que lo normal es que terminasen en azotea y cupulín.

Casa-palacio Veedor, 3.

La casa, situada en el nº 3, es un edificio dieciochesco profundamente remodelado a mediados
del s. XIX, con una alta torre mirador. Tanto la fachada como el patio y otras dependencias interiores todavía presentan una cuidada decoración decimonónica.

La casa de Los Lilas

Situada en la calle Sopranis número 10, es hoy una casa de vecinos. Se trata de una casa palacio de estilo barroco, conocida popularmente por la Casa de los Lilas. Cuenta con una portada barroca con superposición de columnas. La casa de Los Lilas perteneció a una familia genovesa que también era conocida como los Sopranis, nombre con el que precisamente se bautizó la calle donde se ubica. Se levantó en la segunda mitad del siglo XVII y según los expertos, entre sus partes más valiosas figuraba la portada barroca labrada en piedra que acoge el escudo de esta poderosa familia. Esta portada está profusamente decorada con elementos vegetales, entre los que se intercalan algunas sirenas.
La calle Sopranis tiene, además, ejemplos notables de arquitectura, porque de hecho fue una de las vías más notables de la ciudad entre los siglos XVII y XVIII. La cercanía que tiene con el puerto -comunica la plaza San Juan de Dios y el compás del convento de Santo Domingo- hizo que se establecieran en ella familias destacadas de cargadores a Indias. Su trazado irregular responde al origen bajomedieval del arrabal de Santa María.

Casa Lasquetty.

Situada en la calle Santa María números 11 y 13. Palacio barroco de principios de siglo XVIII, destaca su portada de mármol blanco, sobresaliente de la fachada entre pilastras adosadas de orden toscano y molduras mixtilíneas, sobre el dintel, el escudo familiar. Sobre esta hay un sencillo balcón. El patio es cuadrado con cuatro columnas de mármol de orden toscano, con arcos rebajados. La escalera es de tipo conventual, con cubierta plana y pasamanos de mármol con decoración tallada.

El Gran Teatro Falla

El Gran Teatro Falla es un teatro de la ciudad española de Cádiz, situado en la Plaza Fragela, frente a la Casa de las Viudas y junto a la Facultad de Medicina de la Universidad de Cádiz.
Comenzó a construirse en 1884, siguiendo el proyecto de Adolfo Morales de los Ríos y Adolfo del Castillo en el solar del antiguo Gran Teatro de Cádiz, construido en madera en 1871 por el arquitecto García del Álamo, y que se incendió en 1881. En 1886 el Ayuntamiento asumió la dirección de las obras, aunque la escasez de fondos provocó la paralización de las obras en diversas ocasiones, lo que impidió que la obra no finalizara hasta 1905. El encargado de las obras fue el arquitecto municipal Juan Cabrera de la Torre, quien modificó en gran parte el primitivo proyecto.

De estilo neomudéjar, está construido en ladrillo rojo, y presenta tres grandes puertas de arco de herradura en su fachada principal, con dovelas alternas en rojo y blanco. En planta tiene forma de herradura, a la que se van adaptando los pisos, cada uno de ellos rodeado por una galería que enlaza con las escaleras de acceso, que arrancan desde un gran vestíbulo reformado en los años 20. El escenario mide 18 metros de largo por 25,5 m de fondo, y el techo muestra una alegoría del Paraíso, obra de Felipe Abarzuza y Rodríguez de Arias.



Todos los años y durante el mes de febrero se celebra en el Gran Teatro Falla el Concurso de Agrupaciones del Carnaval de Cádiz, donde las distintas agrupaciones carnavalescas muestran todo su arte y genialidad en diversas modalidades. Dicha celebración se suspendió entre 1987 y principios de 1991 (sólo se acogieron las semifinales y final del Concurso de Agrupaciones) para reformar este teatro. Durante ese periodo, el Concurso pasó al Teatro Andalucía (hoy desaparecido). El resto del año el Teatro acoge toda clase de espectáculos, como obras de teatro o conciertos.

La Casa de las Viudas

La Casa de las Viudas de Cádiz, también conocida como Casa de Fragela se levanta en la plaza Fragela ocupando por completo uno de sus cuatro frentes. Se trata de una generosa institución fundada hacia el año 1756 por el comerciante Juan de Fragela, de origen armenio y afincado en la ciudad de Cádiz, creado con la finalidad de acoger en él a las viudas necesitadas.Estilísticamente es una obra barroca de líneas sencillas, cercana a la arquitectura popular de la época que se hacía en las poblaciones importantes de la Bahía. De tres plantas de altura y organizada según dos cuerpos delimitados por una importante cornisa, es un edificio de líneas muy horizontales que presenta un primer cuerpo muy austero a modo de zócalo realizado en la tradicional piedra ostionera, y un segundo cuerpo con amplio paramento blanco donde se abren grandes ventanales.


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El patio central.Se organiza según una planta cuadrada con sus dependencias articuladas alrededor de un amplio y luminoso patio central. El edificio fue remodelado en el año 1992 por J. Fernández León, y posteriormente completamente restaurado en el 2008 para su nueva reutilización como casa de acogida para personas mayores necesitadas, como un homenaje a la finalidad inicial para la que fue concebido.


La Bella Escondida

La Bella Escondida, invisible a los ojos de los transeúntes, es una de las torres miradores más admiradas de la Bahía de Cádiz. Está situada en el número 13 de la calle José del Toro. La torre fue bautizada como La Bella Escondida por el periodista Bartolomé Llompart. Él la consiguió ver un día que caminaba por la calle José del Toro, cuando la finca adyacente había sido derribada. Tras este descubrimiento la torre popularmente se quedó con ese nombre.


La Bella Escondida es original, entre las 120 torres que todavía se conservan en Cádiz. En su mayoría todas las torres fueron construidas en el siglo XVII y XVIII, momento en que la ciudad era el puerto oficial de entrada de toda la mercancía procedente de América.


La Bella Escondida fue construida en el primer tercio del siglo XVIII. Se desconoce el origen de su construcción. La torre ha conservado íntegramente su aspecto barroco original, tanto en estructura como en su decoración. Por su arquitectura, esta torre es singular. La planta octogonal , la profusión decorativa o la utilización de pilastras y columnas en su fachada, con influencia mudéjar, la hacen única en el horizonte de Cádiz.



La Bella Escondida tiene planta cuadrada, sobre la que se elevan cuatro pisos sin hacer línea con la fachada. El primer cuerpo es una especie de banco liso. El segundo cuerpo tiene los ángulos de las esquinas redondeadas. El tercer cuerpo articula los ángulos de las esquinas de forma que simulan dos columnas enfrentadas. El cuarto cuerpo es de planta octogonal, que a esta torre le hace única. Finalmente el pretil es liso con molduras verticales en sus ángulos. La decoración está hecha a base de pintura roja y cerámica vidriada que cubren su superficie, formando rombos y estrellas.