en el 3 de Julio de 1716 acordó el cabildo eclesiástico para la edificación de un templo Catedralicio, poco a poco se reunieron las fincas para poder tener un terreno bastante adecuado. En 1722 comenzaron los trabajos, ocupando el perímetro del templo una parte del barrio de las Escuelas, las obras empezaron y los muros de contención fueron la primera pieza de esta, la fachada quedaba delante de una calleja de menos de tres metros ancho. Al consagrarse el templo de 1838, se despejó algo de su frente derribando las casas comprendidas entre las calle de San Juan y Marrufo, resultando una mezquina plaza. Las primeras fincas derribadas en 1839 costaron 34.000 reales. Así las cosas, la real orden de 8 de Julio de 1862 declarando la utilidad publica la ensanche y otra de 2 de Agosto en la que se pedía la ampliación de los planos, facilitaron la realización de la deseada y necesaria reforma. La primera casa demolida fue la que formaba isleta por su situación entre las plazas de la Catedral y la de Silos Moreno y las calles de la Catedral y Marrufo, la cual afeaba aquel sitio y hasta impedía el paso de carruajes a la Basílica. Después, en 1867, se logró que la plaza de la Catedral quedase unida a la de Silos Moreno y de Santiago, colocándose una escalera y barandilla de hierro en el desnivel que resultó al unir la calle de Chantre con la expresada plaza de Silos Moreno, quedando estacionadas las obras de ensanche de la plaza hasta que el digno Alcalde D. Eduardo Genovés acometió en 1885 la empresa de dar cima a tan útil proyecto. Al efecto fueron derribadas las fincas que formaban la prolongada y estrecha manzana de casas, que daban frente a la Catedral formando la angosta y desigual calle de la Virreina: se hizo desaparecer otra vez la casa que hacía martillo entre el arco de la Rosa y la calle de Chantre, quedando al fin libre el terreno y formando la extensa plaza que hoy admiramos.
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CASTELAR (Actual Pza. Candelaria)
curiosas son las alteraciones que ha sufrido el nombre de ésta hermosa plaza, tan favorecida por el publico. Serenados los ánimos, no se conciben los diferentes y contrarios acuerdos adoptados con motivo del nombre que hoy ostenta, con legitimo orgullo de los gaditanos. Por primera vez, en 30 de Septiembre de 1869, sustituye el nombre de Castelar el de Candelaria en la que entonces era una pequeña plaza.
Por ultimo el 2 de Marzo de 1883 la comisión de policía urbana al designar la calle Cruz de la Madera para llevar el nombre de D Antonio López, pide el de Castelar para la de Candelaria. La primitiva plaza era un pequeño espacio, que resultaba entre la fachada del convento y la alineación de las calles Santo Cristo y Montañés; tenía grandes y añosos arboles que la hacía muy sombría y asientos de piedra con respaldo de hierro. El convento fue fundado por el Obispo. D. García de Haro, el año 1567, estableciéndose con doce piadosas mujeres en la ermita de Ntra. Sra. de San Roque (hoy parroquia) trasladose en 1593 a la antigua ermita de los moriscos y protección del Obispo D. Antonio Zapata, que les donó los avales inmediatos para el albergue. El edificio se reedificó en 1680 a 1690, siendo el estado ruinoso en 1873, cuando en aquellos azarosos días se acordó su derribo, que con notables y enérgicas protestas del gobierno eclesiástico se empezó el 28 de marzo de dicho año. Terminado el derribo quedó mucho tiempo ocupado por los materiales suscribiendo discusiones sobre el destino que había de darse el mismo.
CORRALÓN DE LOS CARROS
CARDENAL ZAPATA
La primera de estas empezaba en Montañés y finalizaba en la esquina de José del Toro, donde comenzaba Albenda. En principio se llamó Alonso de Hurtado de Águila, pasando a llamarse Torno de Candelaria porque a ella daba la puerta del torno del convento. Adolfo de Castro dice ignorar el origen del nombre de Albenda explicando el significado de esta palabra, que es una colgadura de lienzo blanco. Apunta con dudas, que podría tratarse de una corrupción del apellido de un regidor perpetuo llamado Alfonso González de Abelda. Según investigaciones realizadas por Smith Samariba, este es el origen del nombre, pues en esta calle tenía su casa solariega la familia González de Abelda, que fuesen regidores perpetuos a lo largo de ciento treinta años por juro de heredad. También existió en la ciudad otra rama de la familia Abelda, pues consta en el convento de Santa María que profesaron el mismo día, 8 de Marzo de 1721, tres hermanas llamadas Josefa, María e Ignacia Montes de Oca Abelda.
CANOVAS DEL CASTILLO
el 13 del mismo mes de la gloriosa muerte de los disparos de Angiolillo, en Santa Agueda, el 8 de Agosto de 1897, se le dio el nombre de Murguía.
EL CALLEJÓN DE LOS NEGROS
El Callejón de los Negros.- es la pequeña vía que sale al muelle, haciendo esquina a la calle Lázaro Dou, desde Plocia. Antiguamente era una rampa que conducía al baluarte de los negros, que se encontraba a la altura de lo que hoy es Fabrica de Tabacos. Anteriormente a este baluarte existió otro llamado de las Cañas y en sus proximidades estuvo el baluarte del Boquerón o del Boquete, que fue destruido al edificarse la alhóndiga en el lugar que hoy ocupa la fabrica de tabacos. En la reforma de 1855 también varió de nombre, adoptando el de Toviño, tribuno de las milicias romanas, 193 años antes de Cristo. En la lapida de su tumba se considera la más antigua de las encontradas en Cádiz. Durante la segunda república se le puso el nombre de Alonso María de las Torres, que fue diputado doceañista y vicepresidente de las Cortes Constitucionales de 1810, siendo representante de Cádiz. Tras la guerra civil volvió a llamarse Callejón de los Negros.